La sangre de San Genaro, contenida en un recipiente sellado de vidrio, no se licuó durante la misa celebrada en la Catedral de Nápoles, lo cual ha desatado temores en Italia y en diversos países del mundo, pues se asocia la no licuefacción con calamidades.
Los Napolitanos esperan que la sangre del santo, que en estado normal está seca, se licúe tres veces al año: en sábado antes del primer domingo de mayo, el 19 de setiembre y el 16 de diciembre, aniversario de la erupción del volcán Vesubio, de 1631.
San Genaro es patrón de Nápoles, fue obispo y mártir, que pereció durante la persecución contra los cristianos desatada por el emperador romano Dioclesiano. En el relicario que conserva su sangre se puede ver cómo ésta pasa al estado líquido en esas fechas.
Monseñor Vicenzo de Gregorio, abad de la capilla que custodia la reliquia,hizo un llamado a la oración, con la esperanza de que pueda evitar una guerra u otro desastre. “No pensemos en desastres y calamidades. Somos hombres de fe y debemos rezar”, instó a la feligresía, citado por el diario británico Express.
La ausencia del milagro es considerada por los napolitanos como un anuncio de muerte inminente.
Este es particularmente el caso en septiembre de 1939 y 1940, coincidiendo con el inicio de la Segunda Guerra Mundial y la entrada de Italia en el conflicto respectivamente.
En septiembre de 1943, fecha de la ocupación nazi.
En septiembre de 1973, año en el que se propagó el cólera en Nápoles.
La última vez que el milagro no se realizó fue en 1980, cuando 2900 personas murieron en un terremoto en Irpinia. Fue el desastre natural más devastador en la posguerra italiana.