Un preso de Guantánamo denunció que los guardias lo torturan con técnicas de privación del sueño y obligan a los detenidos a permanecer despiertos por las noches.
Shaker Aamer, detenido de nacionalidad árabe saudí, declaró al diario The Guardian que los carceleros cierran las puertas hasta 300 veces cada noche para impedir dormir y agregó que un guardia le había dicho que lo que estaban haciendo era cumpliendo con las órdenes recibidas.
La tortura sería un intento para minar la resistencia de los encarcelados que siguen en huelga de hambre desde hace más de cinco meses en protesta por su detención sin cargo así como por las torturas que reciben allí.
"Es incomprensible que los militares de los EE. UU. adopten medidas tan duras para acabar con la huelga de hambre, en tanto que podría concluir mañana mismo si aceptaran trasladar a los presos", advierte Clive Stafford Smith, director de la organización de derechos humanos Reprieve.
Aamer narró también que había guardado su Corán en una bolsa plástica por más de tres años para protegerlo de la suciedad, la cual se la quitaron. "Les dije que no podría guardar mi Corán sin que lo protegiera de los guardias militares y otros daños, por lo que si tenían que llevarse la bolsa, sería mejor que se llevasen también el Corán. Al final se negaron a dejarme la bolsa y tuve que renunciar a mi Corán. Así que llamaron al traductor musulmán y él me arrebató el Corán. Ese fue el final de otro día en este espantoso lugar", dijo.
Según el gobierno estadounidense, presos se mantienen en huelga de hambre, número rechazado por los abogados de los presos que indican unas 130 personas de un total de 166.