Aunque los datos sobre la salud de las personas pertenecen al ámbito de su intimidad, que es protegida, de modo que son sancionados quienes los divulgan sin consentimiento, las aseguradoras, empresas financieras y abogados roban impunemente los datos de millones de británicos en aspectos de salud, seguridad social y correos.
La sustracción de estos datos viene ocurrendo desde 2001, mediante investigadores contratados por esas empresas, quienes obtienen los registros de forma ilegal en un mercado negro que crece, informa el diario The Independent.
Keith Vaz MP, jefe del Home Affairs Select Committee, demanda que quienes extrajeron esa información estén obligados a declarar por qué lo hicieron y qué hicieron con ello.