”Quisiera dar las gracias a todos aquellos que, de una u otra forma, se unieron a la vigilia de oración y ayuno de ayer en la noche. Gracias a las numerosas personas que han ofrecido sus sufrimientos. Gracias a las autoridades civiles, a los miembros de otras comunidades cristianas y de otras religiones, y a los hombres y mujeres de buena voluntad que han vivido, con este motivo, momentos de oración, ayuno y reflexión”, ha dicho el Papa después de rezar el Angelus.
“El compromiso continúa: ¡Sigamos con la oración y con las obras de paz! Les invito a seguir rezando para que cese inmediatamente la violencia y la devastación en Siria y para que se trabaje con renovado empeño por una justa solución al conflicto fratricida. Pidamos también por los otros países de Oriente Medio, especialmente por el Líbano, para que encuentre la anhelada estabilidad y siga siendo modelo de convivencia; por Iraq, para que la violencia sectaria deje paso a la reconciliación; y por el proceso de paz entre israelitas y palestinos, para que avance con determinación y audacia. Pidamos también por Egipto, para que todos los egipcios, musulmanes y cristianos, se comprometan a construir juntos la sociedad buscando el bien de toda la población”, dijo, según la oficina de información del Vaticano.
“¡La búsqueda de la paz es un camino largo y requiere paciencia y perseverancia! ¡Sigamos rezando!”.
Por último, ha recordado que ayer en Rovigo (Italia) fue proclamada beata María Bolognese, fiel laica de esa región, nacida en 1924 y fallecida en 1980. “Dedicó toda su vida -ha dicho el Papa- al servicio de los demás, sobre todo de los pobres y enfermos, soportando grandes sufrimientos en profunda unión con la pasión de Cristo. Demos gracias a Dios por esta testigo del Evangelio”.