Brasil rechazó los cazas de la empresa estadounidense Boeing y se decidió por el avión caza sueco Gripen NG para reforzar su Fuerza Aérea, según informaron el ministro de Defensa del país, Celso Amorim, y el comandante de la Fuerza Aérea, Junti Saito.
La operación se cerró con la empresa sueca Saab, que se impuso a otros postores como los estadounidenses de Boeing, fabricantes de FA-118 Súper Hornet, y los franceses de Dassault, constructores del Rafale, tras un proceso de licitación abierta para la adquisición de 36 aviones de combate de última generación, por US$4,500 millones.
Esta flota reemplazará a los Mirage 2000, informa el diario Folha de São Paulo.
En la evaluación, pese a ser aviones con características más modestas que sus contendores, los Gripen tuvieron a su favor el hecho de que se desarrollarán los aviones en forma conjunta con Brasil, país que valora mucho la transferencia de tecnología que le permita fabricar sus propios aviones.
Previamente, Brasil había manifestado al senador estadounidense John Kerry que rechazaba adquirir aviones de su país en protesta por el espionaje a la presidenta Dilma Roussef, que reveló Edward Snowden.
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