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Tras su ruidoso viaje en tren, Barack Hussein Obama llegó a la sede de gobierno de Estados Unidos para asumir el cargo de Presidente, el primero en ser negro en ese país, en una rimbombante ceremonia que costó 160 millones de dólares.
Obama dio inicio a su mandato con discursos grandilocuentes y algunos excesos tras la juramentación: “A partir de hoy, debemos levantarnos, sacudirnos el polvo y comenzar de nuevo el trabajo de rehacer Estados Unidos”, declaró con aires mesiánicos.
El nuevo mandatario instó a los estadounidenses a sumarse a una era de responsabilidad para reparar la economía de la nación y su imagen en el extranjero.
Sobre la preocupante situación económica prometió medidas audaces y rápidas para revitalizar la economía de EE. UU., pero como bienvenida la realidad lo contradice: Wall Street experimentó una caída record.
Estadounidenses alborotados por la ceremonia
Para poder ver a Obama, cientos de miles de personas soportaron el frío y abarrotaron el National Mall, que cubre 3 kilómetros desde el Capitolio al Monumento a Lincoln en el Río Potomac y al lado de la Avenida Pennsylvania hasta la Casa Blanca.
Obama juró sobre la Biblia que usó Abraham Lincoln en 1861 en medio de ovaciones de una multitud de fanáticos que gritaban ¡Obama!, ¡Obama!", vitoreó la multitud.
Tras la juramentación paseó por la Avenida Pennsylvania hacia la Casa Blanca en una limusina blindada, pero Obama efectuó un trayecto a pie en compañía de su esposa, y del vicepresidente con su respectiva cónyuge.
En tanto, desde los días previos la prensa estadounidense especulaba acerca del vestido que luciría la esposa de Obama, algunos esperaban que sea como una nueva Jackie Onassis o Lady Diana. Sin embargo, se vio a una primera dama ataviada con poco gusto: un conjunto amarillo de aspecto rugoso, sumado a su tosco andar.
Por su parte, el Senado confirmó varios nombramientos clave, incluyendo a Steven Chu como secretario de Energía y Tom Vilsack para Agricultura. La Comisión Financiera del Senado espera votar por Timothy Geithner como secretario del Tesoro el jueves.
La población negra parece más racista que los blancos, pues se sintió muy entusiasmada por tener un presidente de su raza, pese a que Obama no es descendiente de los negros esclavos estadounidenses, sino que es hijo de un keniano, demostrando que para ellos pesa más el color de la piel que el partido político o la carencia de raíces estadounidenses del nuevo mandatario: nació fuera de EE. UU, se crió y estudió fuera de EE. UU. y sólo su madre es estadounidense.
En parte de su mensaje de hoy, Obama saludó las personas que construyeron el país desde su fundación, incluyendo a aquellos que "soportaron el azote del látigo y araron la tierra dura", en alusión a la época de la esclavitud negra.
Obama señaló que la crisis económica fue consecuencia de "ambiciones e irresponsabilidad" de algunos y porque evitaron tomar decisiones difíciles. La crisis económica mostró que los mercados pueden salirse de control "sin un ojo vigilante", subrayó, asegurando que su prioridad serán las reformas a las normas financieras.
Sobre la política exterior de Estados Unidos, Obama prometió que dejarían Irak "responsablemente" y ayudará a Afganistán a ganar una paz difícil de lograr, pero no estableció un calendario de retirada. Según un acuerdo suscrito con el país árabe, los soldados de EE. UU. partirían a fines del 2011.
Pero se advierte una continuidad en la política invasora de EE. UU. pues Obama prometió incrementar la presencia de tropas estadounidenses en Afganistán para aplacar a la resistencia de los talibanes.
También realizó alusiones que implicarían que realizaría cambios en la política de tortura aplicada por EE. UU. en los prisioneros, al decir que rechaza la elección "entre nuestra seguridad y nuestros ideales".
