Miguel Ángel Rodríguez Mackay

Mirando la visita del papa Francisco a Cuba, ha cobrado una atención especial cómo el 70% de los cubanos practica la santería, una manifestación de puro sincretismo religioso, es decir, una mezcla de catolicismo con cultos de origen africano que llegaron a la isla con los esclavos traídos durante el virreinato. Ritos con bailes donde se invoca a los dioses o espíritus entraron en armonía con la religión católica, mostrándose en modo predominante. La santería debió soportar en el proceso histórico la propia hostilidad del catolicismo de esa época, mayoritariamente intolerante en el nuevo continente, como lo vimos en las sanciones impuestas por el Tribunal de Oficio de la Santa Inquisición en las Américas durante el periodo de la dominación española; sin embargo, la santería también tuvo que soportar la oposición del Estado comunista, esencialmente ateo, que se afirmó en Cuba luego de la triunfante Revolución de 1959.

santeria chango

 

En su mayoría profesado por negros y mulatos, la santería cubana ha terminado imponiendo sus ritos en gran parte de la isla. Ahora los hemos visto acompañando al papa Francisco en la misa celebrada en la Plaza de la Revolución, a quien han aplaudido efusivamente. La cercanía de la santería al catolicismo la vemos en la veneración a ‘orishas’ (dioses) africanos cuyo equivalente católico sería la Virgen de Regla que llaman Yemayá, diosa del mar y la fecundidad, o la Virgen de la Caridad, patrona católica de Cuba, que denominan Ochún, la deidad de los ríos. Solo en 1992, cuando Cuba deja de ser un país ateo convirtiéndose en Estado laico y por tanto tolerante a los credos, la santería ha podido recobrar la fuerza que hoy tiene.

Correo, 21.09.2015