Por Diego C. Delgado Jara

El entreguismo de las áreas estratégicas como el sector eléctrico, telecomunicaciones, petróleo, puertos, fábricas de cemento, empresas públicas, no es todo lo que, con leyes aprobadas por la una Asamblea Nacional vendepatria (2013-2017), puede ir a poder de las multinacionales. La nueva rosca oligárquica, al servicio de las corporaciones extranjeras y del capital corporativo mundial en el poder, maquillada de “izquierdista” y utilizadora de una falsa y cínica retórica de “defensa la soberanía nacional”, con Rafael Correa a la cabeza, también aprobó la transferencia de tierras rurales del país para las corporaciones extranjeras, conociendo que esas áreas productivas deberían servir en forma prioritaria para la sobrevivencia biológica de la sociedad ecuatoriana, para asegurar la soberanía alimentaria, precautelar los nutrientes suficientes para los compatriotas, y fortalecer de modo vigoroso al sector agrícola, que podría convertirse en abastecedor permanente de alimentos para un mundo cada vez más necesitado y hambriento.

Está vigente, en base a los inocultables afanes entreguistas del alfil de las multinacionales Rafael Correa y sus asambleístas agachados, la “Ley de Tierras Rurales y Territorios Ancestrales”, publicada en el Suplemento del Registro Oficial 711, del lunes 14 de marzo del 2016, la que con expresas enmiendas de puño y letra del propio ex presidente, y que constan en el Oficio Nro. T.7131-SGJ-16-85, del 5 de febrero del 2016, la Asamblea Nacional aprobó, en su Art. 20, que “Las empresas públicas extranjeras (…) podrán adquirir, arrendar o tomar en usufructo, tierras rurales en el territorio nacional para proyectos de producción agraria previa autorización de la Autoridad Agraria Nacional”. El Art. 32 de esta misma Ley precisa que “La Autoridad Agraria Nacional será el ministerio del ramo”. Instancia que depende del propio Ejecutivo.

En el tercer inciso de este mismo Art. 20, en forma adicional, se establece: “Las compañías extranjeras privadas podrán participar de manera directa o en asocio (…) en proyectos agrarios.” ¡De este modo quedan abiertas las puertas para la entrega de tierras rurales como garantía de deuda pública por ejemplo! El Art. 111 de esta misma ley, que regula la “Concentración de la tierra rural” no pone límites al tamaño del latifundio. Cabe destacar que la tierra rural del Ecuador existe en las cuatro regiones del país: Costa, Sierra, Amazonía y Galápagos. ¡Todas estas leyes vendepatrias las aprobaron dando cínicos discursos de proteger la “soberanía nacional”! ¡En política nadie da puntada sin pespunte! ¡Toda ley tiene un destinatario! ¡En vez de legisladores del Ecuador deberían ser reconocidos como lo que son: los auténticos representantes y amanuenses de las corporaciones extranjeras!

¿Quiénes aspirarían a disponer tierras del Ecuador?

¿Cuáles son los principales países que más compran o arriendan tierras -hasta por cien años- en África y América del Sur? La República Popular China, India, Japón, Egipto, Malasia, Kuwait, Arabia Saudita, Qatar (Catar), Corea del Sur. Junto a estos países están las grandes corporaciones de los alimentos –sobre todo transgénicos- como la Monsanto.

Muchos países y monopolios financian empresas “que se dedican a la adquisición o arriendo a 90 o 100 años de enormes extensiones de tierra para que allí se cultiven alimentos y luego se re-exporte a los países dueños del capital, o donde determinen las corporaciones que monopolizan el negocio de los alimentos en el mundo. A veces las tierras se destinan para cultivos transgénicos, o caña de azúcar y palma africana para disponer de biocombustibles.” Las denuncias de desplazamiento de comunidades y organizaciones campesinas y nativas, por las entregas de tierras de varios países, son frecuentes.

El colosal poder político y financiero de ciertos países y corporaciones doblegan a gobiernos complacientes o autoridades codiciosas con toda facilidad. Muchas veces las inversiones se disfrazan como empresas o inversiones privadas pero son simples coberturas para apoderarse de tierras y llevarse alimentos cultivados en nuestros países.

Se conoce que la empresa China National Agricultural Development Group Corporation, por ejemplo, reveló su interés por adquirir unas 300 mil hectáreas en Goiás, Brasil, para producir soja y maíz transgénico. La Chongqing Grain Group, también china, anunció la compra de 250 mil hectáreas al este de Bahía, en el mismo Brasil. Han ofrecido dinero en efectivo o créditos que se descontarían con los años de arriendo de las tierras.

Expertos internacionales denuncian que en Sudán, Corea del Sur, “adquirió 690.000 hectáreas para cultivar trigo; mientras los sudaneses reciben alimentos de los programas humanitarios de las Naciones Unidas”. La empresa india Karuturi “adquirió 300.000 hectáreas en la región de Gambella, Etiopía, rentadas por 90 años, donde cultivarán arroz que no comerá el pueblo dueño de esa tierra y que se muere de hambre.”

¿Cuál es la parte del mundo con mayores disponibilidades de agua dulce y de tierra, objetivo de conquista militar con la complicidad de regímenes entreguistas aliados de los nuevos colonialistas y globalizadores? ¡América del Sur! Argentina, Brasil, Paraguay, Colombia y Perú, ya tienen regulaciones semejantes. ¡Para eso sirven regímenes títeres y alfiles serviciales para los intereses insaciables de las grandes multinacionales y que son instalados y mantenidos en el poder con o sin fraude en nuestros países!

Como lo han advertido organizaciones campesinas, una sola empresa china, la China National Agricultural Development Group Corporacion, está presente ya en 40 países (a los que han dado créditos) y diez mil de sus funcionarios laboran fuera de la China escogiendo tierras y organizando cosechas. Tienen negocios de alimentos en Tanzania, Guinea, Benín, Zambia, en África, y están ya en Argentina y Perú. ¿Alguien supone o puede garantizar que no se favorecerá de la Ley de Tierras y Territorios Ancestrales impuesta por el presidente Correa a sus cortesanos complacientes e inconscientes?

Acaparamiento de tierras: alto secreto

Según un importante estudioso del problema de la tierra, Juan José Sánchez Oro, en su trabajo “Acaparamiento de tierras: ALTO SECRETO”, descubre la siguiente realidad amenazante: “El fenómeno ha alcanzado una dimensión realmente espectacular, cifrándose en 227 millones de hectáreas que habrían cambiado de manos por esta vía desde el 2001. Según informa OXFAM International, una confederación que engloba a 17 organizaciones no gubernamentales que actúan en 92 países “en la última década se vendieron en todo el mundo terrenos con una superficie total ocho veces mayor que el Reino Unido.”

“En esta superficie –prosigue- se podrían cultivar alimentos para mil millones de personas; el mismo número que cada noche se acuesta con hambre. En los países pobres, cada seis días se vende una superficie de terreno del tamaño de la ciudad de Londres a inversores extranjeros. En Liberia, en tan solo cinco años, el 30% de la superficie del país ha sido objeto de transacciones de tierra.”

Cabe destacar que en Argentina más del 10% ya está en manos extranjeras –la mayor parte cedida con el kirchnerismo-, y en Paraguay más del 20%.

La tierra como suprema mercancía

Sobre este nuevo proceso de colonización, escribe el investigador cubano sobre esta materia Carlos Eloy Balmaseda Espinosa, en su estudio “LA TIERRA: SUPREMA MERCANCÍA”: “El planeta está abocado a una nueva guerra, de proporciones incalculables para la humanidad. Uno de los problemas principales que afronta el mundo en los últimos años es el acaparamiento de las tierras para la producción de alimentos. Esta nueva forma de colonizar es un flagrante atentado a la soberanía de las naciones afectadas.”

“En pleno siglo XXI –prosigue- se repite la historia, las tierras del Sur son apetecidas por los acaudalados, pero esta vez no se pueden apreciar sus verdaderos rostros, se esconden detrás de grandes consorcios, compañías y gobiernos. El fin es el mismo, monopolizar las tierras y ponerlas a producir para más tarde vendernos sus productos, los mismos que obtuvieron en nuestras tierras regadas por nuestro sudor.”

Y advierte: “Hasta ahora a los empresarios de las industrias automovilísticas, petroleras, de comunicaciones y otros grandes capitales, no les había interesado ser dueños de tierras y sus producciones, pero ahora sí. Esto es lo nuevo del proceso.”

¿A qué intereses sirve el correísmo?

¿No es lo más racional y sensato que conservando las áreas nacionales produzcamos alimentos para el mercado interno y, luego de autoabastecernos y disponer de prudentes reservas, vender el excedente a los que lo requieran y que son muchos? ¡Es evidente que “PAIS” no significa “Patria Altiva i Soberana” sino “País Arrendado i Subastado”!

El régimen de la llamada “revolución ciudadana” será recordado como el más grande propagandista sin réplica (con el más poderoso monopolio de medios de comunicación a su servicio en la historia de la República), como convencedor obsesivo y promotor a tiempo completo de los supuestos beneficios de transferir el patrimonio social y nacional a favor de las grandes corporaciones extranjeras de las que ha sido su ficha insuperable, así como el más efectivo aplicador de las políticas neoliberales de depredación contrarias a los intereses del país y a favor del capitalismo corporativo mundial.

¡Ni Febres Cordero, ni Durán Ballén, ni Mahuad Witt, ni Noboa Bejarano, ningún gobierno, contó con sus medios publicitarios para tanto embuste social encubridor de sus prácticas depredadoras, ni llegaron a sus extremos de entreguismo ilimitado como quedan plasmadas en sus leyes y prácticas ocultadas al pueblo!

¡LA PATRIA NI SE VENDE NI SE RINDE!
¡LA PATRIA CON EL ALMA SE DEFIENDE!
¡VIVA EL “ECUADOR LIBRE Y ETERNO”!

Quito, junio del 2017.