mariano rajoyRocío Ferrel

Tristes escenas vio el mundo con motivo de la realización de un referendo para decidir la separación de Cataluña del reino de España, donde bandos a favor y en contra se enfrentan torpemente.

De un lado, los catalanes argumentan que deben separarse por dos razones principales. Una es la económica, pues son una de las regiones que más ingresos aporta a España. Si todas las regiones de más altos ingresos decidieran separarse de su país, el mundo sería más caótico.


La otra razón argumentada es la lengua. Los catalanes recuerdan amargamente que siglos atrás Felipe V y los borbones los oprimieron al punto de prohibir su lengua. Hecho que no volvió a repetirse en su historia, es decir, nadie los persigue ahora en razón de su cultura. Más bien, los catalanes fueron torpes prefiriendo inmigrantes árabes para mano de obra, relegando a los sudamericanos, para no tener más hablantes de español, lo cual ahora les da un golpe en forma de terrorismo, por haber acogido a musulmanes de costumbres cavernícolas.

Otros recuerdan que fueron oprimidos por la dictadura de Francisco Franco, pero ese régimen se ensañó con toda España, no sólo con Cataluña.

Todas estas razones catalanas son endebles y toman un matiz irresponsable, teniendo en cuenta la oportunidad, pues recién están despertando de los atentados terroristas musulmanes perpetrados contra sus ciudadanos, tan sólo en agosto de este año. Enfrentarlos requiere de unidad y de una mejor política exterior de España, que Cataluña debería reclamar, pues cometieron el desacierto de sumarse a la coalición internacional que aparenta combatir al terrorismo islámico, encabezada por los Estados Unidos; pero el mundo es testigo de que los terroristas musulmanes son utilizados por dicha coalición para destruir y saquear países.

Rajoy raja a España
La actuación del presidente del Gobierno de España, Mariano Rajoy, ha sido estúpida en lo tocante a esta consulta popular y profundiza la división que raja a su país. Si ya tenían los veredictos de sus instituciones legales, las cuales advirtieron que la consulta era ilegal, no había necesidad de represión. Si los catalanes desoyeron a las autoridades que rechazaron la consulta por ilegal, ante su empecinamiento, debieron dejarlos seguir con su circo y después procesar a los responsables, pues los resultados no tendrían ninguna validez jurídica ni de veracidad, pues hubo más votos que habitantes en ciertas zonas donde se realizó la consulta.

Pero Rajoy decidió desplegar un ataque brutal con sus fuerzas policiales, sin respetar la dignidad de las personas; el saldo de cientos de heridos lo dice todo. Después de lo sucedido, no hubo ningún atisbo de enmienda; fue incapaz de reconocer que hubo vil uso de la fuerza y castigar los excesos, con lo cual, en lugar de pacificar, enciende el resentimiento y despierta los deseos de separación a los catalanes que hasta ahora habían permanecido indecisos.

Habla Felipe

Para colmo, el rey Felipe VI lanza una perorata abundando en aburridos argumentos de democracia, legitimidad y legalidad, apuntando sus tiros contra los jefes del separatismo, la Generalitat. En ningún momento condenó la brutalidad policial. Era una oportunidad de oro de buscar la reconciliación con los catalanes, pues ningún ser humano merece el trato que se les dio el pasado domingo.

reyes catolicosEspaña debería dejar atrás la monarquía, de nada sirve. No se puede depender de figuras que no son elegidas por mérito propio, sino por obsoletas razones dinásticas; y pese a que se gasta en asesores, resultan incapaces de beneficiar a su país.

La ilustración muestra el escudo de los Reyes Católicos, Fernando e Isabel, cabezas de la incansable lucha por la unión de España en el siglo XV. Felipe está muy lejos de eso y no pasa de ser una figura decorativa, que ya sería tiempo de dejar atrás.