Natasha Vázquez
 
Moscú, 26 mar (Sputnik).- Desde que a inicios de esta semana el buque portacontenedores Ever Given encallara en el Canal de Suez y bloqueara la navegación para las demás embarcaciones, esta vía, que conecta los mares Mediterráneo y Rojo, está en todos los titulares.
 
 

carguero Evergreen bloquea Suez mar 2021

 

 
No es para menos. Con 193,3 km de longitud, se trata de la vía fluvial más corta entre los puertos de los océanos Atlántico e Índico, por la que unos 50 buques lo atraviesan diariamente, pagando en total alrededor de 8 millones de dólares.
 
El incidente se produjo después de que se perdiera el control de la embarcación debido a las malas condiciones de visibilidad, provocadas por una tormenta de polvo. Al encallar, el buque hizo imposible la navegación para decenas de embarcaciones por el Canal de Suez, una de las rutas comerciales más importantes del mundo.
 
SUEZ EN LA HISTORIA
 
La idea de crear un canal a través del istmo de Suez se originó en la antigüedad. Los antiguos egipcios construyeron un canal navegable desde el Nilo hasta el Mar Rojo alrededor del 1300 a. C.. Primeramente fue un canal para el flujo de agua dulce desde el Nilo hasta el área del lago Timsah, luego se extendió a Suez alrededor del 600 a. C., y un siglo después, llegó al Mar Rojo. Posteriormente, durante el gobierno de Bizancio, el canal fue abandonado y más tarde reconstruido. El canal dejó de funcionar después del siglo VIII.
 
En la segunda mitad del siglo XIX volvió a tomar fuerza la propuesta de construir el Canal de Suez. En 1854, Ferdinand de Lesseps, el cónsul francés en El Cairo, recibió de Said Pasha, el gobernante de Egipto, una concesión para la creación de la Compañía General del Canal de Suez. Esta se formó en 1858 y se le otorgó el poder para construir el canal y operarlo durante 99 años, después de lo cual pasaría a ser propiedad de Egipto.
 
La construcción del canal, llevada a cabo por los egipcios principalmente, comenzó en abril de 1859 y duró más de 10 años.
 
El 17 de noviembre de 1869 se convertía en realidad, al inaugurarse oficialmente el paso que unía el Mediterráneo y el Mar Rojo a través del istmo de Suez. La ceremonia contó con la asistencia de la emperatriz de Francia Eugenia de Montijo, esposa de Napoleón III. El momento de alguna manera legó además a la posteridad la célebre ópera Aída, de Giuseppe Verdi, que aunque no se estrenó hasta un par de años después, fue compuesta a raíz de un encargo para la ocasión.
 
AVENTURAS Y DESVENTURAS DEL CANAL
 
Los grandes gastos para la creación del Canal de Suez complicaron la situación económica en Egipto. Aprovechando esto, el gobierno británico compró una participación egipcia en el canal en 1875. En 1880, el gobierno egipcio se vio obligado a vender su derecho sobre al 15 por ciento de las ganancias del Canal de Suez a un banco francés.
 
Cuando Egipto fue ocupado por las tropas británicas en 1882, el Canal se convirtió en la principal base militar y estratégica británica en el Oriente Medio.
 
En 1888 concluyó en Estambul una convención internacional para garantizar la libertad de navegación en el Canal de Suez, que es el principal documento que regula la navegación actualmente en el paso marítimo.
 
El canal se cerró completamente al paso dos veces. El 26 de julio de 1956, el presidente egipcio Gamal Abdel Nasser nacionalizó el Canal de Suez, que en realidad había estado controlado por Gran Bretaña durante las dos guerras mundiales. Esto provocó la invasión de tropas británicas, francesas e israelíes y el inicio de la Crisis de Suez (1956-1957). El canal quedó parcialmente destruido, los egipcios lo bloquearon y hundieron 47 barcos. El movimiento de barcos a lo largo del canal se reanudó el 24 de abril de 1957.
 
La pausa más larga del tráfico en el canal fue a partir del conflicto árabe-israelí conocido como Guerra de los Seis Días. A pesar de la brevedad de su nombre, provocó un prolongado cierre del canal, desde 1967 hasta 1975.
 
A lo largo de las últimas décadas, ha habido más de una docena de interrupciones del flujo a través de Suez debido a accidentes o problemas técnicos, pero en su mayoría se han solucionado en pocas horas.
 
CONSECUENCIAS GLOBALES
 
Esta vez se han complicado más las cosas. El Ever Given vio interrumpido su viaje de China a Países Bajos y lleva días bloqueando la navegación en el canal. Los trabajos para desencallar la enorme embarcación de bandera panameña hasta ahora son infructuosos.
 
Una fuente de la empresa kuwaití Gulf Agency Company (GAC), que opera en el canal, confirmó a Sputnik que la operación para desbloquear la importante vía del comercio mundial continuaba este viernes, pese a que es día no laborable en Egipto.
 
Por su parte, la compañía japonesa Shoei Kisen Kaisha, propietaria del portacontenedores de 400 metros de eslora y una capacidad de 220.000 toneladas, confía en que el barco será reflotado el fin de semana.
 
Mientras tanto, según las estimaciones del periódico taiwanés Commercial Times, uno de los más importantes de Asia, el bloqueo genera pérdidas de 400 millones de dólares a la economía mundial cada hora.
 
Muchos son los afectados, en primer lugar los buques que esperan su turno para cruzar por el paso más rápido del Océano Atlántico al Océano Índico.
 
Los aranceles por ejemplo, representan una importante fuente de ingresos para la economía egipcia. Cada año, las tarifas por el tránsito de barcos de todo el mundo a través de este canal aportan al presupuesto del país más de 5.000 millones de dólares.
 
En 2020, según la Autoridad del Canal de Suez (SCA), 18.829 barcos pasaron por el canal. Los ingresos del canal en el año, a pesar de la pandemia, alcanzaron un récord de $ 5.610 millones.
 
Por lo que, si no se lograra destrabar el buque en las próximas horas y el Canal de Suez permanece bloqueado durante más días, podría tener consecuencias serias a nivel global, ya que por ahí pasa el 12  por ciento del comercio mundial, consideran expertos.
 
El canal es vital para las cadenas de suministros, por lo que podría notarse un impacto en los precios del petróleo y otros productos, y eventualmente, podríamos notarlo todos en nuestros bolsillos. (Sputnik)