Al igual que en la primera ola entre fines de 2019 y la primera parte de 2020, el coronavirus COVID-19 está matando tanta gente que los crematorios resultan insuficientes dado el alto número de fallecidos, revelaron trabajadores de dichos establecimientos este viernes.
El avance de la epidemia no perdona y según las autoridades pronto se desplazará a las zonas rurales de China, país que, como en la primera ola, oculta el número real de muertes.
Las autoridades admiten que ahora les es imposible contabilizar el número de casos. En los crematorios incineran unos 20 cuerpos diarios, la mayoría de ancianos explicó a la agencia AFP un trabajador, quien dijo que de los 60 que laboran en el local 10 están contagiados.
Los trabajadores de otras dos funerarias de Pekín, contactados por la AFP, indicaron que sus establecimientos están operativos las 24 horas, ofreciendo servicios de cremación el mismo día para responder a la fuerte demanda, mientras que en otro crematorio tienen lista de espera de una semana.
Sin embargo, las cifras oficiales no recogen ninguna muerte relacionada con la COVID-19 desde el 4 de diciembre.
La alerta está lanzada para las fiestas de Año Nuevo, pues muchas personas van a pasar en sus pueblos rurales dichs festividades, hecho que atizaría el alza del número de las infecciones.
Los medios estatales chinos y los expertos en salud de ese paíus minimizan la peligrosidad de la variante ómicron, y el experto en enfermedades respiratorias Zhong Nanshan propuso cambiar el nombre de la COVID-19 por “resfriado del virus”.
Sin embargo, millones de personas de edad avanzada no fueron vacunadas, y las pruebas de antígenos y los medicamentos contra la fiebre escasean.