Las sanciones de Occidente obstaculizan la restauración de la infraestructura siria, destrozada previamente por el conflicto armado prolongado y ahora, por el terremoto del pasado 6 de febrero, según una portavoz del Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) Iman Trabelsi.
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"Estamos tratando de restaurar la infraestructura básica en (la ciudad de) Alepo, sobre todo, el abastecimiento de agua, dado que en el norte de Siria existe una grave crisis del agua, y las principales impedimentos para la reconstrucción incluyen la imposibilidad de suministrar los materiales necesarios para restaurar las instalaciones del agua debido a las sanciones", explicó la vocera a Sputnik.
Señaló que se trata de "una crisis humanitaria catastrófica en Siria", en la que el 90 por ciento de la población está bajo la línea de pobreza.
Según Trabelsi, las sanciones occidentales afectan las capacidades de las organizaciones humanitarias de proporcionar ayuda al país árabe.
Un seísmo de magnitud 7,7 sacudió en la madrugada del 6 de febrero varias provincias del sureste de Turquía y las zonas del noroeste de Siria. Los temblores también se sintieron en el Líbano, Israel y otros países de Oriente Medio.
El epicentro del seísmo, el más fuerte desde el año 1939 en Turquía, fue localizado en la ciudad turca de Pazarcik, en la provincia de Kahramanmaras.
Según los últimos datos, el número de muertos por los terremotos en el país otomano superó las 16.540 personas, mientras unas 66.130 resultaron heridas.
Se estima que en Siria el seísmo se cobró más de 1.340 vidas y causó más de 2.290 heridos.
Con información de Sputnik