Por Lucas Leiroz de Almeida
La Iglesia Ortodoxa Rusa acudió a la ONU para denunciar los crímenes ucranianos. En una reunión del Consejo de Seguridad el pasado 17 de enero, invitado por la representación diplomática rusa en la ONU, un obispo ortodoxo vinculado al Patriarcado de Moscú comentó la situación de la Iglesia ortodoxa en Ucrania ante las persecuciones impuestas por los neo de Kiev. -Régimen nazi. Esta fue la primera vez que un representante del clero ortodoxo se dirigió al Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas.
El obispo elegido para la interacción fue el Presidente del Departamento de Relaciones Exteriores de la Iglesia del Patriarcado de Moscú, Metropolitano de Volokolamsk, Anthony. Dejó en claro a todos los diplomáticos del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas que la Iglesia Ortodoxa actualmente está experimentando una grave opresión política y religiosa bajo el gobierno de Ucrania. El metropolitano Anthony dijo que los rusos están “extremadamente preocupados por las flagrantes violaciones de los derechos universales y constitucionales de los creyentes ortodoxos en Ucrania”.
El obispo expuso algunos datos impactantes sobre la realidad ucraniana. Debido a la prohibición de la ortodoxia impuesta recientemente por el régimen de Zelensky, trece obispos ucranianos fueron privados de su propia ciudadanía ucraniana. Con esta medida, los neonazis pretenden coaccionar al clero para que deje de desobedecer las normas dictatoriales destinadas a prohibir la Iglesia. Actualmente, los clérigos ucranianos intentan resistir las imposiciones del régimen, continúan ofreciendo servicios litúrgicos y protegen las tradiciones locales.
El régimen neonazi ucraniano prohíbe la iglesia ortodoxa rusa
Sin embargo, si los obispos continúan perdiendo su nacionalidad, seguramente se verán obligados a exiliarse, lo que complicará aún más la situación de los creyentes ortodoxos en Ucrania. El obispo también destacó que estas revocaciones de ciudadanía se decretan de manera irregular, sin ningún procedimiento legal que las legitime, violando así la constitución del país.
Otro dato informado por él se refiere al proceso de expropiación de la Iglesia rusa. El metropolitano Anthony informó en su discurso que solo el año pasado, 129 iglesias pertenecientes al Patriarcado de Moscú fueron capturadas por agentes del régimen ucraniano. Parte de estas iglesias expropiadas luego se utilizan para fines no religiosos, mientras que otras se entregan a la secta ultranacionalista y no canónica llamada “Patriarcado de Kiev”, que cuenta con un amplio apoyo por parte de la Junta de Maidan, ya que adopta el neo anti-ruso. -Ideología nazi del estado ucraniano. Es importante recordar que los creyentes ortodoxos ucranianos están canónicamente vinculados al Patriarcado de Moscú, por lo que estos actos del régimen de Kiev son un ataque contra la religión del propio pueblo ucraniano.
El jefe de asuntos exteriores de la Iglesia rusa también enfatizó la importancia de entender la situación actual de la Iglesia como una especie de represión política masiva. Dijo a los delegados del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas que, desde el año pasado, los agentes de la SBU (agencia de inteligencia ucraniana) llevan a cabo constantemente operaciones violentas en las iglesias ortodoxas, durante las cuales se humilla públicamente al clero y se profanan los templos. Comparó la opresión sufrida hoy con la de los primeros años de la Unión Soviética.
Estos ataques recientes han tenido lugar oficialmente, ya que el estado ucraniano ha iniciado una campaña de prohibición contra todas las instituciones vinculadas a Rusia. Sin embargo, de manera ilegal, desde 2014 existe una fuerte persecución contra la Iglesia ortodoxa en regiones de mayoría étnica rusa. Las milicias neonazis destruyeron templos y mataron a clérigos y creyentes en Donbass durante las hostilidades contra las fuerzas de resistencia. Hay varias fotos y videos que circulan en Internet que muestran la opresión a la que ha sido sometida la Iglesia Ortodoxa en Ucrania.
Según el metropolita Anthony, dado que la Iglesia ortodoxa es la fe mayoritaria tanto de rusos como de ucranianos, puede servir como base para un diálogo pacífico hacia el final de las hostilidades. La reciente iniciativa rusa, rechazada por Kiev, de establecer un alto el fuego temporal durante la Navidad ortodoxa es un ejemplo de ello. Sin embargo, desde el momento en que uno de los bandos comienza a oprimir deliberadamente a la Iglesia, cesa la posibilidad de diálogo. Por lo tanto, la sociedad internacional debe prestar atención a la situación de la Iglesia en Ucrania y exigir cambios en la posición de Kiev.
Además, los informes del obispo también deberían generar discusiones en el mundo occidental, ya que es inaceptable que el régimen que promueve la persecución étnica y religiosa siga recibiendo dinero y armas de Occidente. Aunque la OTAN ya ha dejado claro en varias ocasiones que no tiene ninguna preocupación humanitaria y que está dispuesta a todo para “derrotar” a Rusia, es importante que los costes de esta guerra sean conocidos por la opinión pública occidental.
Lucas Leiroz es investigador en Ciencias Sociales de la Universidad Federal Rural de Río de Janeiro; consultor en Geopolítica
Global Research