Cabilderos que presionan a favor de Kiev reciben millones de dólares de empresas militares. Algunos de los grupos de presión trabajan para oligarcas y un parlamentario de Ucrania, incluso para una asesora de Zelenski.
Se sabía que grandes multimillonarios propietarios de empresas y conglomerados del complejo industrial militar de los Estados Unidos presionan a su gobierno para atizar conflictos o guerras para vender y probar armas que los hagan más ricos. Los nombres de sus lobbistas ya están saliendo a luz.
Algunos de los cabilderos más poderosos de EE.UU. están brindando sus servicios de forma 'gratuita' a Ucrania, pero por ese trabajo reciben millones de dólares en honorarios de los contratistas del Pentágono que se benefician del conflicto armado con Rusia, según una reciente investigación conjunta de Responsible Statecraft y The Guardian.
Desde febrero de 2022, en Estados Unidos ha habido un aumento sin precedentes de solicitudes pro bono para representar los intereses de Kiev, es decir, para influir políticamente a favor del país eslavo. La mayoría de los cabilderos básicamente busca, mediante su presión, que congresistas y miembros del Gobierno estadounidense exijan el incremento del gasto del Pentágono en contratos relacionados con armamento para Ucrania.
¿Quiénes son y cómo actúan?
Entre los grupos de presión se encuentra el bufete de abogados Hogan Lovells. Su asesor principal es el exsenador estadounidense Norm Coleman, quien ahora cabildea a favor de una fundación controlada por un oligarca ucraniano. Coleman es la misma persona que supervisó la recaudación y entrega de más de 260 millones de dólares para candidatos republicanos al Congreso durante las pasadas elecciones de medio mandato.
A su vez, su bufete ha recibido 400.000 dólares solo el año pasado de dos empresas con contratos con el Departamento de Defensa relacionadas con el conflicto en Ucrania. Es decir, el mismo individuo encargado de suplir con fondos a candidatos republicanos está al servicio de un oligarca ucraniano y a la vez recibe dinero de compañías que se benefician del apoyo militar que Washington brinda a Kiev.
Otro de los lobistas es la firma BGR que, según documentos oficiales estadounidenses, en mayo del año pasado firmó contrato con un parlamentario ucraniano y con una asesora del presidente de Ucrania, Vladímir Zelenski. La compañía también ha registrado pagos por valor de más de 500.000 dólares por parte de algunos de los contratistas del Departamento de Defensa de EE.UU. que están sacando provecho del conflicto en la nación.
La empresa armamentista Raytheon recompensó a BGR con 240.000 dólares en 2022, mientras ya ha recibido más de 2.000 millones de dólares en contratos gubernamentales relacionados con Kiev.
Estas firmas no son las únicas, pero sirven para hacerse una idea de la perversa dinámica. Con semejante jugoso juego de intereses no es de extrañar que el gasto en armas de EE.UU. no haga más que aumentar y que los contratistas reciban casi la mitad del presupuesto. Un dinero que, como se ha visto, acaba siendo invertido, en parte, en los bolsillos de cabilderos y políticos.
Con información de RT
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