Juan Carlos Valderrama
Quizás cuando usted lea el presente documento el expresidente Donald Trump haya sido acusado, instruido e imputado de una larga lista de cargos confidenciales hasta el presente. Será el primer expresidente en la historia de los Estados Unidos en enfrentar cargos criminales o penales, lo que demostraría que nadie está por encima de la ley. Años de investigaciones sobre tratos comerciales, políticos y personales están por iniciarse; ya es hora de que rinda cuentas ante la ley y se sacuda el panorama político estadounidense.
El show está por iniciarse, un expresidente que vulneró numerosas normas legales del país. Será un espectáculo ver la toma de huellas dactilares, la toma de fotos para su fichaje y el inicio del proceso penal propiamente dicho, deberá ser un acto en demasía cuidadoso, con una coreografía propia de las películas de Hollywood, se deberá evitar la aglomeración de multitudes tanto dentro como fuera del tribunal, los servicios secretos deberán realizar los preparativos de máxima seguridad.
Deberá presentarse en Nueva York, lo que él llamaba su hogar, con la posibilidad de un arresto formal al comparecer frente al juez para la lectura de cargos.
De acuerdo con el alcalde de Nueva York Eric Adams, sus 36,000 efectivos están movilizados listos para responder a protestas y posibles disturbios ante la posibilidad de un arresto inminente del expresidente, sitios web y plataformas de redes sociales están en investigación y seguimiento.
Es un caso inusual investigado ya por dos fiscales que se negaron a asumir el arriesgado paso político de elevar cargos contra Trump, el que estaría implicado en documentos judiciales por tener conocimiento de los arreglos. En ese momento los fiscales se negaron a presentar cargos.
No debería extrañarnos su investigación, ya que en nuestros países los expresidentes son sometidos a la ley, muchos de ellos fugan y otros son sujetos de extradición, otros están cumpliendo penas de carcelería efectiva y otros están impunes, los menos se suicidan.
En los Estados Unidos el departamento de Justicia tiene una política antigua, añeja y tradicional de no enjuiciar a los presidentes en ejercicio ante el Tribunal Federal.
Durante años él ha estado muy preocupado por los alcances de la ley, no sabemos si esta será la oportunidad y el momento de que se cumpla eso de que nadie esta por encima de la ley. ¿Usted qué opina?
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