Medicamentos, Vacunas y Transgénicos: Recomendaciones científicas versus serios conflictos de interés
Dra. Flora Luna Gonzáles. Médico Pediatra. Presidente del Consejo de Vigilancia de la AMP
Cambios en la terapéutica y su impacto en la medicina
En mis 25 años de vida profesional como médico, he asistido a la desaparición del uso de las fórmulas magistrales, elaboradas en las farmacias, creadas e indicadas por nosotros, por el floreciente auge de la fabricación de medicamentos a gran escala y el consiguiente desarrollo económico multimillonario de las grandes transnacionales de fármacos, vacunas, alimentos transgénicos y actualmente de plantas manipuladas para que “fabriquen” biofármacos: enzimas, hormonas, vacunas, proteínas humanas, etc.
He venido observando también, como poco a poco la comunidad médica mundial, hemos ido “perdiendo prestigio y credibilidad” y actualmente nos regimos por las recomendaciones científicas dadas por las Agencias Internacionales (OMS, OPS, FDA, CDC, etc.) donde se supone laboran los “médicos y científicos expertos” que nos dan las pautas de los problemas de salud pública y obviamente que recetar…¡allí radica el meollo del asunto!, menudo problema que este artículo pretende analizar.
¿Alarma injustificada y/o “terrorismo informativo”?
Sin embargo, para que una práctica médica sea científica y éticamente responsable y consiga el bienestar de los pacientes, debe respetar minuciosamente la investigación científica, la calidad de los procesos de atención y buenas prácticas de manufactura de todo el arsenal médico, llámense, medicamentos, vacunas, insumos, alimentos, etc.
Lamentablemente, por una serie de hechos concretos, muchos colegas en el mundo, hemos detectado serios conflictos de interés, entre las transnacionales fabricantes con ciertas agencias internacionales; y lo que antes aceptábamos como la “santa palabra” y por lo tanto de fiel cumplimiento, hoy necesitamos cuestionar científicamente y exigir el cumplimiento de los valores éticos ante la defensa de vida y de los derechos humanos de nuestros pacientes.
En el 2006, la prestigiosa revista Lancet, publicó un editorial, criticando la elección durante la gestión del Presidente Bush, de Lester Crawford (un veterinario) en la FDA1, por las “políticas laxas” para dar Registro Sanitario a nuevas drogas, que salieron al mercado sin ser evaluadas minuciosamente (ej. rofecoxib, VioxxR). Retirado posteriormente por la muerte de pacientes con daño cardiaco.
Otro ejemplo es el Timerosal (compuesto mercurial), creado en 1930 e incluido en cremas dérmicas, desinfectantes, gotas óticas y oftalmológicas, y en las vacunas (como preservante). Siendo retirado por sus graves reacciones adversas de todos los productos menos de las vacunas, y todavía usado sólo en los países en vías de desarrollo, por un doble estándar inaceptable y no ético para la práctica de la medicina.
El laboratorio distribuidor Ely Lili, realizó un estudio de bioseguridad2, recién en 1991, (las agencias reguladoras, nunca lo requirieron) y a pesar de los gravísimos efectos adversos detectados, estos no fueron comunicados y el Timerosal fue retirado en Estados Unidos finalmente entre el 2001 y 2003 por la enorme presión de los ciudadanos, y la epidemia de desordenes del neurodesarrollo en sus niños. Hecho demostrado en el informe oficial elaborado por una Comisión del propio Congreso de los Estado Unidos3, donde se criticó a estas agencias reguladoras, por defender los intereses de los fabricantes de vacunas, en vez de proteger a la población.
Estrategias poderosas de Publicidad y Marketing muy peligrosas
El Dr. Marc Girard, experto y consultor independiente de vacunas de Francia, en el año 2005, publicó un artículo titulado: “Recomendaciones de la OMS sobre vacunas: Defectos científicos o conducta criminal”4. Donde refiere que después de leer una carta al editor de un colega indio, descubrió como se “justificaban” los Programas Nacionales de vacunación contra la Hepatitis B, tanto en la India, igual que en Francia, con falta de referencias científicas, extrapolaciones inapropiadas y groseras exageraciones dadas por “expertos”. Finalmente los países realizaban las Campañas Nacionales de Vacunación gracias a “Reuniones de Consensos” donde sólo se invitaba a los que trabajaban para la industria farmacéutica o los “expertos” a favor de la nueva vacuna a ser introducida.
Hoy cualquier médico que critique la calidad de una vacuna, o la necesidad de comunicar adecuadamente las indicaciones o contraindicaciones para un uso racional, corre el riesgo de ser llamado “activista contra las vacunas”, ignorante en el tema, hasta “terrorista informativo” como ocurrió en nuestro país, con los directivos de la Asociación Médica Peruana (AMP).
Con el desarrollo de algunos Ensayos Clínicos de medicamentos, vacunas o transgénicos, se ha llegado al extremo de manipular los resultados, de tener efectos adversos y si se comunican, inmediatamente se es amenazado con juicios y totalmente desprestigiado a nivel científico. Ejemplos sobran, sólo mencionaré dos: A. Wakfield5 quien alertó sobre el uso de vacunas multidosis a virus vivo atenuado y el riesgo de autismo6 o Arpad Pusztai7, reconocido biólogo molecular, cuyo único error fue hablar en la prensa acerca de los efectos adversos de sus ratas alimentadas con papa transgénica. Inmediatamente fue amenazado con demandas judiciales, su computadora confiscada, su teléfono intervenido y por supuesto despedido8.
¿Qué hacer?
La AMP está consternada ante estos hechos bochornosos por la enorme implicancia en la salud pública. Los médicos de todo el mundo debemos trabajar arduamente para que las cosas mejoren. De ahora en adelante exigiremos la revisión de la base de datos de los estudios de investigación para ser analizados sin ningún conflicto de interés. Haremos alianzas y fortaleceremos las organizaciones de consumidores de Medicamentos, vacunas y alimentos de calidad. Exigiremos leyes que transparenten los “pagos, donativos, regalos,” de las transnacionales hacia los “expertos” y las instituciones médicas. Finalmente haremos una gran cruzada para retomar la vieja ética médica de Hipócrates, desde hace 2,500 años, “En primer lugar no hacer daño”.
Bibliografía
1. Lancet .Editorial. Safety concerns at the FDA. 2005; 365: 727-28.
2. Eli Llly. Material Safety Data Sheet. Thimerosal. June 13, 1991.
3. Mercury in Medicine: Taking Unnecessary Risks. A Report Prepared by The Staff of the Subcommittee on Human Rights and Wellness. Committee on Government Reform United. States House of Representatives, May 2003.
4. Girard, M. WHO Vaccine Recommendations: Scientific Flaws, or Criminal Misconduct. American Journal of Physicians and Surgeons 2005, 11: 22-3.
5. Wakefield, A. et al.Ileal-Lymphoid-nodular hyperplasia, non specific colitis, and pervasive developmental disorder in children. The Lancet.1998; 351: 637-42
6. Wakefield, A. MMR vaccination and autism. The Lancet. 1999; 354: 949-50
7. Stanley E. and Pusztai, A. Effect of diets containing genetically modified potatoes expressing Galanthus Nivalis Lectin on rat small intestine. The Lancet. 1999; 354; 1353-1354.
8. Robín Marie-M. El Mundo según Monsanto. 2008. Editorial Península; Pág.269