El Presidente de la República ha sido pobre en su mensaje a la nación en relación a los servicios sociales y la salud ha llevado la peor parte. No ha demostrado claridad en los objetivos, estrategias y financiamiento para la salud.
El discurso no ha tenido un trato orgánico en el tema de salud, se ha mezclado aspectos de Essalud con el Minsa, sin mencionar que los recursos para las inversiones de Essalud pertenecen a los asegurados y gozan de autonomía y las obras del Minsa se realizan con presupuesto del Estado. Ha enumerado obras en Essalud y en el Minsa, el Hospital del Niño y 80 millones para el mantenimiento de los 7,000 centros y puestos de salud. Sin embargo, no precisó que esto representa sólo 11,428 soles para cada establecimiento de salud. Se ha comprado 3 hospitales de campaña, sin precisar sus características. Sin embargo no ha señalado lineamientos de salud para enfrentar las criticas contra el sistema que recibe por parte las poblaciones que han sufridos desastres.
Ha resaltado como logros la vacunación contra la rubéola, que se realizó en el año 2007 y no este año y ha resaltado los 9.5 millones de vacunados contra la hepatitis B, sin reconocer el fracaso de esa vacunación que tenía como meta 20 millones de personas, cumpliéndose menos del 50% de la meta, por la mala calidad de la vacuna, además, esta vacunación se realizó también en el 2008.
Ha resaltado su entendimiento que el Aseguramiento Universal representa la integración de Essalud con el Ministerio de Salud (Minsa), desvirtuando la propia ley que el presidente instaló. La integración funcional del Minsa con Essalud (IPSS) se realizó en su anterior gobierno y representó un enorme fracaso con secuelas que perduran hasta hoy.
El mensaje ha resaltado que el Seguro Integral de Salud (SIS) ha afiliado 11 millones de personas y ha brindado 46 millones de atenciones, sin mencionar, el tema presupuestal. Olvido trazar estrategias para revertir el colapso financiero del SIS. Este Seguro Integral de Salud representa el subsidio directo a los pobres del país, pero se encuentra en serios problemas por los escándalos de corrupción, la deuda que mantiene con los hospitales y la politización.
En cuanto a Essalud ha señalado que incrementará este año a 8,000 nuevos afiliados y la construcción de 10 nuevos hospitales. Construcción de Unidades de atención básica de salud (UBAS), ya hay 31 y serán 100 hasta el año 2011. Ha comprado equipos y ha enumerado algunos como ejemplo. Sin embargo, el incremento de los afiliados tiene una relación directa con la generación de empleo formal, y el ciclo expansivo de la economía antes de la crisis generó ese incremento de afiliados. Caso contrario, asistimos en la presente crisis, a una reducción del número de afiliados por la pérdida del empleo, aunque esa relación lleva un retraso por el periodo de latencia de la calidad de asegurado de 6 meses después de haber perdido el empleo. Las UBAS son formas de enfrentar la demanda de atención para enfermedades muy simples y que Essalud tiene abandonado. Sin embargo, la cifra es muy pequeña para todo el universo de asegurados que tiene Essalud y no representa sino una acción de rediseño administrativo menor en el interior de Essalud. No es una política de gobierno.
Sin ningún nivel de autocrítica, ha reconocido que los precios de medicamentos siguen altos y por ello ha planteado concertar políticas de precios con los empresarios para reducir los precios. Es decir, su gobierno ha modificado radicalmente la política de medicamentos a través de Decretos Legislativos para implementar el TLC, ha legislado la reinscripción de los registros sanitarios como nuevos para toda la empresa nacional con exigencias que generan enormes sobrecostos. Ha hecho oídos sordos a los reiterados pedidos de los industriales, sociedad civil, de los médicos y ahora plantea una concertación. Las normas sobre medicamentos que su gobierno ha promulgado han generado una explosión de los precios de los medicamentos.
El mensaje ha retomado la formación de núcleos ejecutores para obras pequeñas. Esta es una experiencia abandonada en FONCODES a finales de la década de los 90. Sin embargo, no se ha incluido en el discurso las obras para los proyectos de inversión en salud. Tampoco se ha tomado en cuenta la experiencia de la administración por los núcleos ejecutores de la comunidad de los establecimientos de salud.
Finalmente, al señalar en forma tan vaga a la epidemia de la influenza A H1N1, ha dado señales que se encuentra al margen del problema y que el encargado de enfrentarla es el Minsa. Lamentamos la pérdida de la oportunidad de discutir al más alto nivel la forma cómo se enfrentan las epidemias en el Perú. Si esa poca importancia se le da a la pandemia de la Influenza, que podemos esperar, los peruanos, sobre las neumonías de nuestros niños, la tuberculosis, malaria, dengue, etc.
*Presidente de la Asociación Médica Peruana