Diversos estudios señalan que los rábanos, además de tener pocas calorías, poseen numerosos nutrientes beneficiosos. En 100 gramos de rábanos, sólo hay 16 calorías, con 3,4 gramos de carbohidratos, 1,6 gramos de fibra y 0,68 gramos de proteína. Además, contienen vitaminas C y A, potasio, calcio y fósforo, entre otros nutrientes.
1. Antiinflamatorio y antibacteriano
Muchas enfermedades crónicas, como la artritis, el cáncer, la aterosclerosis y la presión arterial alta, están asociadas con la inflamación crónica. Los rábanos pertenecen a la familia de las verduras crucíferas y las investigaciones han descubierto que los extractos de verduras crucíferas y sus componentes purificados poseen propiedades antiinflamatorias.
Los rábanos contienen glucosinolatos, isotiocianatos y polifenoles. Investigaciones han revelado que los isotiocianatos exhiben un notable efecto antibacteriano, con una tasa de actividad de hasta el 87% contra bacterias resistentes a los medicamentos. Cuando se combina con antibióticos convencionales, este compuesto de isotiocianato mejora significativamente la eficacia del antibiótico.
2. Anticancerígeno y antioxidante
Investigadores han descubierto que los isotiocianatos del rábano pueden inhibir la proliferación y metástasis de tumores al regular varias proteínas y vías de señalización. Esto, a su vez, ayuda a prevenir el desarrollo de diversos tipos de tumores.
Además, la abundante vitamina C del rábano contribuye a prevenir y controlar la proliferación de células cancerosas. Su rico contenido de flavonoides, en especial antocianinas, actúa como un antioxidante con propiedades anticancerígenas. Un estudio sugiere que las antocianinas pueden revertir la resistencia a múltiples fármacos en las células cancerosas, lo que demuestra actividad antitumoral.
3. Antidiabético
Los rábanos pueden ayudar a controlar los niveles de azúcar en sangre. Estudios indican que los rábanos mejoran los mecanismos de defensa antioxidantes, reducen el estrés oxidativo y la peroxidación lipídica, promueven la absorción de glucosa y el metabolismo energético, mejoran la regulación de la glucosa en sangre inducida por hormonas y disminuyen la absorción de glucosa en el intestino, lo que demuestra un potente efecto antidiabético.
Otra revisión de la literatura sugiere que los compuestos bioactivos que se encuentran en diferentes partes de los rábanos, como hojas, brotes, tallos y raíces, pueden actuar sobre múltiples objetivos farmacológicos potenciales asociados con afecciones como el cáncer, la inflamación, el daño hepático y la diabetes.
La abundante vitamina A en los rábanos sirve como un antioxidante crucial beneficioso para nuestra visión. Además, la vitamina K de los rábanos desempeña un papel vital en la salud de los huesos y la coagulación de la sangre. Los rábanos también son ricos en fibra, lo que ayuda a la digestión.
La abundancia de nutrientes en los rábanos contribuye a mejorar nuestro sistema inmunológico y la resistencia a las infecciones en invierno.
Precauciones al comer rábanos
Si bien los rábanos ofrecen numerosos beneficios, se deben tener algunas consideraciones al comerlos.
1. Comer rábanos crudos puede irritar potencialmente el tracto digestivo. Las personas con afecciones como úlceras gástricas o gastritis deben tener cuidado y evitar comer rábanos crudos.
2. Las personas que toman anticoagulantes deben moderar su consumo de rábanos debido a las propiedades coagulantes de la sangre de la vitamina K que se encuentran en los rábanos.
Con información de The Epoch Times