Ernesto Busto*
La mentira repetida una y otra vez por los políticos peruanos y medios de comunicación ha convencido a muchos compatriotas que la inversión extranjera es deseable y garante del desarrollo de nuestra nación. Su doctrina y práctica es que se debe hacer lo que sea para atraer y complacer a los inversionistas extranjeros: flexibilizar el mercado laboral, que quiere decir trabajar más por menos, dar beneficios tributarios, quiere decir que paguen muy pocos o ningún impuesto, dar subvenciones etc., y todo esto en un marco legal hecho a su medida para proteger sus extraordinarias ganancias mientras el peruano trabajador sigue luchando por un espejismo de dignidad en el mejor de los casos o nada más para sobrevivir.
El Perú es uno de los países más ricos del mundo, tenemos costa sierra y selva con abundantes recursos naturales y humanos que si fueran correctamente aprovechados, nos tendrían que aportar alta calidad de vida para todas las familias y estabilidad económica. Sin embargo no sucede así, inversionistas extranjeros tenemos de sobra, prácticamente todas nuestras riquezas y las industrias que las extraen ya han sido privatizadas de gobierno en gobierno y ya no nos pertenecen, lo poco que queda también quieren entregarlo, rematar y venderlo.
Mientras tanto Bolivia, con el gobierno de Evo Morales ha triplicado sus ingresos y reservas nacionalizando sus industrias del sector energético de gas y petróleo, plantas eléctricas y su red nacional, agua, telecomunicaciones entre otros, lo que quiere decir que ha expropiado lo que en su día fue privatizado, o simplemente ha recuperado lo que al Estado y al pueblo boliviano le pertenece. No por ello han dejado de cooperar con inversores extranjeros que aportan tecnología, pero estos ahora se tienen que conformar con un porcentaje mucho menor de beneficios, estas son las nuevas condiciones impuestas por el gobierno boliviano que hace prevalecer el interés nacional y el desarrollo de la nación. Lo mismo hizo Ecuador y muchos otros países de nuestro continente, y no por eso dejaron de interesarse ni participar inversiones extranjeras, Rafael Correa comentaba que en los 3 primeros años de su gobierno revolucionario no se presentaban los inversionistas, pero que el Ecuador tampoco los quería, inversiones a cualquier costo no es la política del gobierno, y luego se acercaron con tecnología y respetando los intereses de la nación.
Hasta en Cuba, país socialista, quieren ir inversionistas extranjeros. Las riquezas que poseen nuestras naciones valen mucho más que el capital y el dinero, en simple el dinero no se come ni acá, ni en los EEUU, Europa o Canadá, son ellos quienes nos necesitan y no al revés. En Perú los inversionistas están mal acostumbrados a llevarse todo gratis, nuestros gobiernos entreguistas se llenan los bolsillos negociando el saqueo de nuestra nación y los medios de comunicación de la oligarquía, cómplices propietarios también de muchas empresas, se reparten entre ellos lo poco que dejan los inversionistas, una élite corrupta y apátrida amasa fortunas disponiendo del país como si fuera su hacienda privada.
Pero no se puede engañar a todo el mundo todo el tiempo, millones de compatriotas luchan por sus tierras y recursos contra estos buitres inversionistas y un gobierno servil. El Perú necesita un cambio de modelo económico, ya no nos conformamos con el goteo, esta perversa ideología neoliberal que dice que debemos permitir a los multimillonarios enriquecerse cada día mas porque de sus fortunas gotearan las sobras que mejoraran nuestras vidas. El peruano quiere y necesita nacionalizar todos los sectores estratégicos industriales y financieros del país, redistribuir los beneficios entre los trabajadores y población, y cuando los inversionistas lo tengan claro, aquellos que vengan a cooperar bajo nuestras condiciones con transferencia de tecnología, así no mas serán bienvenidos.
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5-5-2015