A propósito de África, una vez más
Por Xavier Caño (*)

África es titular pocas veces, pero, cuando lo es, siempre refleja desoladoras y terribles desgracias.

El Congo continúa en guerra. Una guerra en la que el ejército no consigue vencer a cuatro mil rebeldes tutsis, protegidos por Ruanda. En la que los civiles temen casi tanto al ejército como a la guerrilla. Guerra en la que todos pelean contra todos. Según Pere Russiñol, enviado especial de ‘El País’, las armas abundan porque la región es muy rica en minas y los “padrinos” son generosos. Léase oscuras empresas multinacionales.

 

Hacia el nordeste, en Darfur (Sudán), el drama no cesa. La ONU parece incapaz de imponer una tropa de interposición que impida los crímenes de guerra y las incontables violaciones, ejecuciones y asesinatos de población civil. ¿Acaso no es crimen de guerra el bombardeo sistemático de población civil desde helicópteros ante la pasividad de los soldados de la Unión Africana, teóricamente pacificadores?

Salih Osman, abogado sudanés, premio Sajarov 2007 por su defensa de los derechos humanos, reclama un gran despliegue de fuerzas de la ONU, que toda la región de Darfur sea zona de exclusión aérea y que la ONU lleve ante la Corte Penal Internacional a los criminales de guerra y de esa parte de la humanidad. O hay Darfur para rato. Es decir, sufrimiento inacabable para miles, millones de seres humanos.

No hay siquiera indicios de que exista intención de llevar a cabo tales medidas, lo que deja en muy mal lugar a la ONU. Pero tal vez sea más escandaloso que Darfur no haya estado presente en la cumbre entre Unión Europea y África, celebrada a principios de diciembre. Ni siquiera figuraba en la agenda. Según Reed Brody, portavoz de Human Rights Watch, no haber buscado soluciones al conflicto de Darfur "ha sido una traición a las personas que lo sufren". La Unión Europea parece más preocupada por combatir la creciente influencia de China en la economía africana que en presionar al gobierno sudanés para que se acaben los crímenes y las violaciones de derechos humanos en Darfur, una guerra que se ha cobrado 400.000 vidas, según ha reconocido de mala gana la ONU, y ha convertido en refugiados a dos millones de personas.

Muchos periódicos españoles han titulado triunfalmente, tras la clausura de la cumbre, que los líderes europeos y africanos han firmado un pacto para promover el desarrollo y la democracia. Palabras. El hecho, sin embargo, se considera "histórico" e incluso se ha dicho que se ha "pasado página" en las relaciones entre los dos continentes. ¿Pasar página? ¿Se referían tal vez a que el colonialismo que esquilmó África en el siglo XIX y dos primeros tercios del XX sólo es un mal recuerdo?

No parece tal, habida cuenta de que no ha sido posible firmar acuerdos comerciales, porque los países africanos se han negado a aceptar una vez más la ley del embudo: que África “liberalizara” el 80% de comercio de bienes a cambio de nada, abrir África a productos europeos sin arancel alguno. Muchos de esos productos están fuertemente subvencionados por la Unión Europea, lo que permite venderlos a precios inferiores a su coste de producción. Juego sucio, nada liberal.

Si África deja entrar productos europeos sin arancel, renuncia a mucho dinero, dinero para invertir en educación y sanidad. Y, por favor, no caigamos en el argumento barato y falso de que todos los mandatarios africanos son corruptos. Los hay, por supuesto, pero no todos son Mugabe. En cualquier caso, no olvidemos que muchos dictadores africanos han estado o están ahí, porque países de la Unión Europea y EEUU los apoyaron en su día. Y en ocasiones aún los apoyan por acción u omisión.

Hace 30 años, las exportaciones africanas eran algo más del 2% del total mundial, hoy apenas llegan al 1%. El presidente de la Comisión Europea, el portugués Durao Barroso, ha reconocido que “el sistema actual no funciona”. Ya es algo, pero nadie da le primer paso para enderezar la injusticia histórica que se ha cometido y comete con África.
Las naciones ricas deben resarcir a África, así de sencillo.

(*) Escritor y periodista
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