De darse una guerra entre los Estados Unidos y Rusia, el país norteamericano llevaría la peor parte, pues podría ser totalmente destruido por catástrofes geofísicas, debido a que Rusia podría emplear su potencial nuclear para que el megavolcán Yellowstone y la falla de San Andrés desaten su furia que determinarían cataclismos que harían desaparecer a los EE. UU.
Alcance de una erupción del Yellowstone
Konstantín Sivkov, experto militar ruso y presidente de la Academia de Asuntos Geopolíticos, asegura que un ataque de los Estados Unidos contra cualquier país que disponga de un artefacto nuclear lo suficientemente fuerte conllevaría un peligro de cataclismo natural y el fin de la civilización estadounidense por razones puramente geofísicas.
"Entre estos procesos llaman la atención los fenómenos geofísicos. Excediendo muchas veces el poder de las armas nucleares, las catástrofes naturales pueden ser causadas por artefactos relativamente débiles", afirmó Sivkov, citado por Russia Today, y agrega que los EE. UU. debería descartar cualquier posibilidad de guerra nuclear, la cual podría ser su última guerra.
San Andrés
La falla de San Andrés se ubica en una gran depresión de terreno en un área límite transformante, con desplazamiento derecho entre la placa Norteamericana y la placa del Pacífico. Esta falla transformante es famosa por producir grandes y devastadores terremotos y se extiende a lo largo de la costa de California, tanto por la superficie terrestre como bajo el agua.
Es una zona de inestabilidad que genera terremotos geofísicos con una magnitud 8,5 en la escala de Richter. Una potente explosión nuclear, podría desatar catástrofes que destruirían completamente la infraestructura de los Estados Unidos en la costa del Pacífico por un tsunami gigantesco.
En las costas de los EE.UU., con una ligera elevación sobre el nivel del mar, vive la mayor parte de la población estadounidense, más del 80%, y se encuentra allí a la mayor parte del potencial industrial de EE.UU. Incluso un tsunami relativamente poco intenso, de varias decenas de metros de altura, puede provocar consecuencias desastrosas para los Estados Unidos, hecho que demostró muy claramente el huracán Katrina en Nueva Orleans.
Yellowstone
En el Parque Nacional de Yellowstone hay un supervolcán que está próximo a su periodo de activación, que se produce cada 600 mil años. Los geólogos creen que podría entrar en erupción en cualquier momento. Por tanto bastaría con dar un "pequeño empujón", de un megatón para activar su erupción, sugiere Sivkov. Las consecuencias serán catastróficas para los Estados Unidos, que se cubriría totalmente de una capa de ceniza de decenas de metros de grosor.
Con una poderosa erupción de Yellowstone los Estados Unidos dejarán de existir o quedarán completamente destruidos, aunque los efectos para el resto del mundo serán catastróficos.
El menos propenso a sufrir será Rusia, debido a la distancia desde el lugar de la erupción, el tamaño del territorio y la ubicación de las principales poblaciones. El daño a los países situados en el lado opuesto de los EE.UU. también será relativamente pequeño. Sin embargo, la erupción sería un desastre para toda la civilización humana.
Pero para ello debería existir un arma lo suficientemente potente: la posibilidad misma de su uso debería 'reprimir' cualquier idea de atacar a Rusia, sugiere el analista.
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