Finalmente, pese a la salida de sus regidores titulares, los nuevos regidores de Villarán resultaron también sus secuaces a la hora de despilfarrar los fondos de los ciudadanos y aprobaron el cuestionado contrato de publicidad por 9 millones para lavar la imagen de la alcaldesa Susana Villarán, llena de lodo a causa de su propia incapacidad.
Con 23 votos a favor, 5 en contra y 7 abstenciones, el Concejo aprobó con postor único, la empresa “Mayo”, sin concurso público ni licitación previa.
Atrás quedaron los abrazos con el PPC, que ayudó cándidamente a Villarán a no ser objeto de revocación, pues la alcaldesa se negó a escuchar los razonamientos de los regidores Jaime Salinas y Jorge Villena, quienes alertaron que se haya escogido solo a “medios de comunicación amigos” de Villarán para que difundan publicidad municipal.
Así paga el diablo a quien le sirve, ahora el PPC es sólo alguien que cuestiona, pero su opinión no es válida para los apetitos de Villarán, quien pisotea así el respaldo que le brindaron cuando más necesitaba, pero pisotea además los derechos de los limeños a que esos recursos se destinen en obras y servicios, no en maquillajes publicitarios para a alcaldesa.
El regidor Alberto Valenzuela pidió a la alcaldesa consultar el contrato con el JNE, ante denuncia de Salinas de que se estaría violando la norma electoral, puesto que en noviembre habrá elecciones, según La Razón.