Desde fines de abril a mayo las escenas diarias en los hospitales de Iquitos eran de avalancha de infectados con el coronavirus COVID-19, que sobrepasaron su capacidad y muchos pacientes no podían ser atendidos, mientras que otros hasta morían en los exteriores. El Estado, lejos de agradecer el trabajo de médicos independientes que apostaron por el tratamiento domiciliario con ivermectina y otros, ni siquiera los menciona. Claro que en el Minsa y Essalud trabajaron, pero, además de ser tardía su intervención, nunca tuvieron suficiente personal, infraestructura, equipos ni fármacos y por ello muchos murieron. Es gracias a los médicos independientes que Iquitos superó el desastre que causó la pandemia, que ahora está controlada, pues de no contener a muchísimos pacientes en sus domicilios con estos tratamientos exitosos, todos ellos habrían muerto. Con Nuestro Perú entrevistó al doctor Sergio Bardon(*), uno de los médicos independientes que participaron en esta lucha y fueron el verdadero Comando COVID-19 en Iquitos.
—Desde abril y mayo hay un número creciente de médicos que usan exitosamente ivermectina, habiendo una cura. ¿A qué atribuye que internacionalmente no se difunda ello y se prefiera a fármacos que tienen menor efecto?
—Con respecto a la ivermectina lo que se ha visto es que ha bajado en muchísimos pacientes la carga viral, es decir, la cantidad de virus que una persona tiene en el cuerpo, y por lo tanto, va a mejorar su cuadro clínico y disminuir drásticamente las posibilidades de que la persona se complique la infección viral.