Un experimento de Len Foley, quien coleccionó hamburguesas de McDonald’s con queso y Big Macs durante más de 19 años mostró que las hamburguesas de McDonald no cambian su aspecto físico en años.
La consultora en nutrición Karen Hanrahan ha descubierto que las hamburguesas de McDonald’s, conservadas en un ambiente cotidiano, es decir, en casa durante 12 años, no se pudren, pero sí se secan un poco y empiezan a tener "olor muy extraño".
La fotógrafa neoyorkina Sally Davies fotografió durante 145 días las hamburguesas y demostró que no se pudren ni albergan moho. "El único cambio que veo es que se han vuelto duras como una roca", cuenta Davies, citada por The Daily Mail.
Según Foley, los pesticidas descubiertos por los expertos de la Agencia de Alimentos y Medicamentos de los EE.UU. explican que ni los microorganismos quieran comer estas hamburguesas, pues poseen tóxicos como el cloroformo, xyleno, sterene, riboflavina, sodio estearoil lactilato, clorotolueno e incluso el insecticida DDT, producido por la corporación Monsanto.