El estado peruano entrega a los chilenos un aval y garantía soberana por 580 millones de dólares
por Jorge Pereyra
Ollanta Humala y Guillén entregan Majes II a los chilenos. Con el dinero de todos los peruanos se beneficia a Chile.
Convenientemente silenciado por los medios de comunicación, y por los políticos peruanos traidores a la patria, tenemos el caso de la irrigación Majes II, que Juan Manuel Guillén Benavides, presidente de la Región Arequipa, y Ollanta Humala Tasso han puesto en manos de los chilenos.
Es muy grave que tierras e infraestructura, como represas e hidroeléctricas, pasen a poder de los ladrones chilenos, frustrando las aspiraciones de los peruanos.
Y esto ocurre en la zona sur del Perú, que deberíamos cuidar muy bien de la voracidad chilena. Con la denuncia que reproducimos, estamos a tiempo de revertir esta traición a la patria, porque se está dando a los asesinos chilenos las mismas ventajas que obtuvieron en Antofagasta, y ya sabemos qué pasó después con esta provincia costera de Bolivia.
No permitamos que traidores elegidos a cargos de gobierno tuerzan la voluntad del pueblo y entreguen la patria y sus recursos al enemigo chileno.
Majes II en manos de chilenos
La entrega de Majes II otorga a los chilenos el derecho para disponer de la propiedad de las dos hidroeléctricas de Lluta y Lluclla que producirán 650 MW y generarán $ 500 millones.
El gobierno regional de Arequipa entregó el proyecto Majes II a los chilenos. Este hecho refrendado por un contrato de concesión en Proinversión ante la presencia de congresistas arequipeños es grotescamente escondido a la opinión pública.
El gobierno regional ha utilizado millones de soles comprando espacios en medios de comunicación presentando el Proyecto Majes II como si fuera de propiedad de los arequipeños cuando en verdad no contamos ni con un metro cuadrado.
El gobierno regional compró a malos dirigentes, llamados por la opinión pública “los cargadores de Guillén”.
El sector social que se opuso abiertamente a la entrega de Majes II a los chilenos fue el movimiento cooperativo Cecoopa, que sufrió una serie de ataques e infiltraciones de todo tipo.
El Cecoopa movilizó a miles de pobladores en una serie de marchas en toda la región, poniendo en determinados momentos en serios aprietos al gobierno regional. La lucha que realizaron los cooperativistas fue larga, dura y desigual; tuvimos en nuestra contra a una prensa parcializada, comprada, por las empresas chilenas y el propio gobierno regional.
Ante el avance del movimiento cooperativo, el gobierno regional se vio obligado a dialogar, prometiendo falsamente que los reclamos sobre la propiedad de las tierras de Majes serían atendidos para los cooperativistas atendiendo la ley general de cooperativas que en el art. 72.o inc. 3 señala “que en proyectos der irrigación del estado, las cooperativas agrarias tendrán prioridad”.
Guillén, mientras nos ofrecía la propiedad de las tierras, presentaba al Congreso de la República un proyecto de ley que derogaba el art. 72.o que nos amparaba.
Enviaba cartas a los socios de las cooperativas señalando que el proyecto quedaba suspendido, compraba a los malos dirigentes infiltrados en el cooperativismo, generando divisiones.
La lucha política
El gobierno regional d Guillén en alianza con el gobierno aprista emitieron decretos supremos que blindaban la entrega de Majes a los chilenos.
Una vez que lograron sus propósitos, vieron que el tiempo para la concesión no se daba en su gestión y plantean la necesidad de la reelección. Para el efecto contaron con el apoyo financiero de Minera Cerro Verde, el consorcio Gloria, Cementos Yura y el grupo de empresas chilenas.
Cecoopa en la lucha
Cuando los cooperativistas comprendieron que se enfrentaban a un sistema controlado desde los altos mandos del estado que actuaban en favor de los invasores chilenos y viendo que el gobierno regional consolidaba la entrega de Majes a la Cosapi chilena y a la Cobra española, decidieron llevar este enfrentamiento al terreno político. Formaron su partido, Frente Cooperativo Nacionalista, que por una tacha de la Confederación Nacional de Cooperativas tuvo que cambiar por el de Frente de Movilización Social.
Ollanta nos traiciona
La lucha por Majes II llevó a las cooperativas a la lucha política; queríamos ganar las elecciones regionales a Guillén para entregar las tierras de Majes a los peruanos, que son los verdaderos dueños. Guillén, que contaba con apoyo de chilenos y mineros, necesitaba asegurar su victoria y buscó la alianza con el Partido Nacionalista. Ollanta, que nos prometió ayudar, selló la unidad con Guillén y tuvimos que trabajar en desigualdad.
Majes II comprende 476 mil hectáreas, de las cuales 109 mil hectáreas son tierras aptas para el cultivo. Comprende además 500 hectáreas destinadas para la creación de una nueva ciudad, un aeropuerto internacional, un puerto de exportación e importación en Quilca, y centros de acopio y agroindustriales.
Majes II fue entregado por Guillén a los 3 días de haber ganado las elecciones en su segundo periodo.
El acta de concesión-entrega de Majes II a los chilenos se hizo en Proinversión, estuvieron presentes el entonces congresista nacionalista por Arequipa, Pedro Santos, Tomás Samudio, por el PPC el congresista Eguren, entre otros traidores a la causa arequipeña.
La entrega de Majes II incluye la propiedad con el nombre de concesión de dos represas: Angostura, por construir, que contendrá 1140 millones de metros cúbicos; y Condoroma, ya construida, que contiene 240 millones de metros cúbicos.
Los chilenos se hicieron dueños de Majes II sin poner un solo dólar; es más, el estado peruano entregó a la Cosapi chilena $ 207 millones a la firma del contrato, un aval financiero por $ 180 millones y una garantía soberana por $ 400 millones.