Mucho menos gasto militar
Xavier Caño Tamayo (*)
Grecia es la nación europea que más gasta en armamento respecto a su PIB (3,6%) y uno de los diez principales compradores mundiales de armas, según el Instituto Internacional de Estocolmo para la Paz. Ese gasto militar sin duda ha contribuido a la quiebra de Grecia.
La ciudadanía griega sufre recortes salariales, de pensiones, impuestos indirectos mayores, retraso de jubilación, despidos, servicios públicos más caros... Pero Grecia compra fragatas, helicópteros de combate y submarinos. Recortes en sanidad pública ahorran 1.400 millones de euros, fragatas compradas a Francia cuestan 3.000 millones. FMI, Comisión Europea y BCE obligan a recortes sociales en Grecia, pero exigen que compre el armamento apalabrado a Alemania y Francia.
En España, el gasto militar también tiene un papel importante. Por ejemplo, desde 1997 el gobierno, por medio del Ministerio de Industria, ha prestado miles de millones de euros a la industria militar. Créditos para grandes proyectos de nuevo armamento como el avión de combate F-2000, fragatas F-100… Más de 20.000 millones de euros. ¿Cómo aportarlos sin que se note? Ingeniería financiera. Industria concede préstamos para I+D de Defensa... a interés cero a devolver en 20 años. Hasta hoy no se ha devuelto ni un 1%. No son créditos a la industria militar, son subvenciones.
El presupuesto español de Defensa para 2012 disminuye respecto a 2011, pero menos que el resto de ministerios. La reducción media de los ministerios es casi del 17%, pero Defensa solo reduce un 11%. Además, el gobierno español no contabiliza muchos gastos militares como tales, aunque la propia OTAN aconseja sumar todas las partidas militares repartidas por otros ministerios (más los intereses de la deuda correspondientes a Defensa) para calcular el gasto militar real. En España no es así.
Calculado según ese criterio de la OTAN, las cifras militares son más del doble que las que aparecen en los presupuestos de Defensa. No son 7.411 millones de euros, sino 15.834 millones. Ese es el gasto militar real para 2012. Pero aún no es exacto, porque durante el año se incorporan muchos recursos a partidas que se quedan cortas. Y así, en un ejercicio anterior, las misiones militares en el extranjero recibían 14 millones de euros, pero gastaron 861. Y en inversiones en gran armamento se gastaron 582 millones de euros más que los presupuestados. Estos gastos añadidos solo se conocen con la liquidación final del presupuesto. Por ejemplo, para 2011 se previó ahorrar 594 millones de euros en algunas partidas, pero se gastaron 1.164 millones de euros más.
Y un dato esclarecedor: en 2011 la inversión militar creció un 2,5%, pero la obra civil disminuyó un 25,7%. En 2010 el presupuesto de Defensa fue de 9.155 millones de euros, pero el gasto militar real fue de 18.161 millones de euros. Y en 2009, los gastos de Defensa no bajaron un 3%, como se dijo, sino que subieron casi un 8%...
Son los datos y cifras, de donde se deduce que se puede disminuir déficit y endeudamiento reduciendo gasto militar. Alemania e Italia han anunciado que reducirán sus Fuerzas Armadas ¿Por qué España no hace lo mismo? Y luego están esos grandes proyectos europeos de lo último en armamento en los que participa (y gasta) España. Armas que, como dijo un antiguo alto cargo de Defensa, no vamos a usar, en confrontaciones que no existen, con dinero que no tenemos. ¿Para qué queremos los carísimos aviones Eurofighter, helicópteros Tigre, blindados Leopard y Pizarro...? También se puede reducir gasto militar retirando tropas en las misiones en el exterior (ahorro de 860 millones).
Gastar en armamento es sustraer dinero al estado de derechos sociales (sanidad, educación y servicios sociales) y también reducir o eliminar la ayuda al desarrollo, a la inversión en investigación científica, a la obra pública... Todo aquello que de verdad activa la economía.
La reducción de efectivos de las fuerzas armadas, anular contratos de Programas Especiales de Armamentos, eliminar I+D militar y reducir la presencia de fuerzas armadas españolas en el exterior permitiría ahorrar 8.000 millones de euros anuales como poco. Y, para que el paro no aumente por la reducción de soldados, oficiales o técnicos y operarios de industria militar, reconvertir la industria militar en empresas que aporten productos y servicios civiles. Se ha hecho y se puede hacer.
Reducir el gasto militar es un paso muy importante para empezar a salir de la crisis.
(*) Escritor y periodista