5,000 días injustamente encarcelados
Por Gustavo Espinoza M.
De no mediar un cambio radical en las decisiones del Presidente de los Estados Unidos, el próximo lunes 4 de junio cumplirán 5,000 días de injusta prisión los 5 héroes cubanos encarcelados por el gobierno norteamericano a fines del siglo pasado.
Ramón Labañino, Antonio Guerrero, Fernando González, Gerardo Hernández y René González siguen hasta hoy siendo las víctimas directas del odio de la administración yanqui, empeñada en castigar al pueblo de Cuba y doblegar su resistencia, como un modo de hacer valer su “autoridad” en el mundo contemporáneo.
Ciertamente se ha escrito mucho en torno al tema y se continúa haciéndolo, no con el propósito de convencer a los jueces de la Corte Federal de La Florida, autores de la inicua sentencia dictada a comienzos de este siglo; sino como un modo de refrendar a la humanidad entera la absoluta convicción de inocencia que se tiene con relación a las víctimas de esa oprobiosa barbarie que sigue indignando a millones de personas en todos los países de la tierra.
En el Perú -como en todas partes- millares de personas de uno y otro sexo, a lo largo de estos años, han participado o intervenido en actos por los 5. Eventos, actos públicos, mítines, plantones, marchas, conversatorios jurídicos, asambleas obreras, encuentros juveniles, exposiciones de pintura, recitales poéticos, proyecciones de cine, recolección de firmas, envío de petitorios, presentaciones radiales o televisadas, ruedas de prensa, mociones parlamentarias; se han sucedido aquí por esta causa poniendo muy en alto la palabra Solidaridad.
Como se recuerda, estos valerosos luchadores antiterroristas fueron detenidos en septiembre de 1998 cuando encaraban la tarea de conocer-desde las entrañas de las estructuras asesinas que operan en Miami al amparo de la Agencia Central de Inteligencia de los Estados Unidos- los planes operativos que se implementaban contra su país y que estaban orientados a asesinar personas y causar ingentes daños materiales a la Patria de Martí.
Precisamente en cumplimiento de esa misión, “los 5…”, como se les llama en el mundo, habían proporcionado al gobierno de Cuba información valiosa en torno al accionar terroristas de estas bandas y de sus principales dirigentes, como Luís Posada Carriles, Orlando Bush y otros.
Dicha información fue entregada a las autoridades norteamericanas como una manera de cursarles una advertencia, un modo de hacerles saber que estaban -nada menos- que sentados sobre un barril de pólvora que en cualquier momento podría explotar debajo de ellas.
Descubriendo el rostro avieso que suelen ocultar tras diplomáticas sonrisas, los hombres de los servicios secretos de los Estados Unidos optaron no por investigar y detener a los verdaderos terroristas, sino más bien encarcelar a quienes les mostraran una incontrastable verdad. De ese modo, las víctimas se convirtieron en procesados y luego sentenciados, sin ningún juicio justo, a penas bárbaras que finalmente tuvieron que ser -en varios casos- dejadas revisadas y reducidas.
Ocurrió, en efecto, que algunas de las primeras sentencias - Cadena perpetua más 10 años de prisión para Antonio Guerrero; Cadena perpetua más 18 años, para Ramón Labañino; y 19 años de cárcel, para Fernando González- fueron levemente modificadas gracias a la ola de repudio que concitaron en el mundo; en tanto que otras -dos cadenas perpetuas más 15 años de cárcel para Gerardo Hernández y 15 años René González, se mantuvieron en pie.
Como resultado del proceso seguido en La Florida y la posterior revisión de la causa, hoy René González –que saliera de la prisión de Marianna el 7 de octubre del año pasado- vive en una suerte de reclusión domiciliaria en el Estado de La Florida, que se ha convertido para él en una gigantesca cárcel; en tanto que sus compañeros siguen purgando condena en lóbregas prisiones yanquis. El caso de este hombre generoso sonó fuerte en los últimos meses como consecuencia de un infausto y doloroso acontecimiento: la grave dolencia que aqueja a su hermano Roberto, y quien fuera uno de sus abogados en la causa. A petición elementalmente humanitaria sustentada por la Defensa, fue autorizado a viajar a Cuba, lo que se produjo entre el 28 de marzo y el 13 de abril pasados; pero luego retornó a los Estados Unidos, donde habita con grave riesgo de su vida, rodeado de crapulosas bandas de asesinos empeñadas en matarlo.
La disminución de algunas sentencias y esta suerte de “libertad cautiva” dispuesta contra René; no ha cambiado en absoluto la percepción que el mundo tiene del caso de los 5. Por eso no solamente que no ha descendido, sino más bien incrementado el nivel de solidaridad con esta causa. En diversos confines se han escuchado voces en todos los idiomas del planeta demandando al gobierno de los Estados la libertad de los 5. La vía la tiene aún en la mano el Presidente Barack Obama.
Culminados todos los procedimientos de orden judiciales sin que se hallara justicia en los tribunales, el titular de la Casa Blanca podría -en legítimo uso de sus atribuciones constitucionales- terminar con el caso y disponer la libertad de estos héroes y su retorno inmediato a la patria cubana.
Una medida de esta tipo no haría sido recoger criterios expuestos en distintos eventos por organismos ciertamente neutrales: La Comisión de Detenciones Ilegales de Naciones Unidas resolvió en el año 2007, que la causa seguida en La Florida era nula y que las víctimas de las aberrantes penas que se dictaron contra ellas, tenían legítimo derecho a recuperar su libertad. Cuando esa decisión fue conocida el entonces Presidente George Bush arguyó que no podía acatar sentencias dictadas por organizaciones judiciales externa; y que sólo podría actuar a partir de estimaciones dictadas por las propias autoridades judiciales de los Estados Unidos.
Como si hubiera estado esperando para ingresar a escena, al Corte Federal de Atlanta resolvió pocos días más tarde otro documento similar, asegurando que los presos cubanos debían ser sometidos a un “debido proceso”, o liberados de inmediato dado que no habían cometido los delitos que se les incriminara. Esta vez, George Bush hizo mutis por el foro. Calló en todos los idiomas. Y presionó desvergonzadamente a la sala de los jueces de esa circunscripción para que modificaran su sentencia, como finalmente así ocurrió.
Hoy se sabe que todo el procedimiento judicial seguido contra los 5 en los tribunales de los Estados Unidos, ha sido ilegal. No solamente porque no correspondió nunca a lo que se suele llamar un “debido proceso”; sino porque los jueces y los Jurados de la Corte actuaron influidos por actos en extremo írritos. Se ha sabido, por ejemplo, que la campaña de prensa contra los 5, fue artificialmente financiada y pagada para cargarla de mentiras que influyeran en las decisiones de los tribunales de justicia de los Estados Unidos.
Testimonios comprados sirvieron como “prueba” ante Jurados y Jueces. Documentos fraudulentos fueron usados para incriminar a los acusados. Y declaraciones falsas vertidas calumniosamente permitieron a la Fiscalía levantar cargos infundados. Los mismos procedimientos que antes se usaron para matar a Nicolás Sacco y Bartolomé Vanzetti en 1927, los mismos que permitieron condenar a la Silla Eléctrica a l Julius y Ethel Rosenberg en 1953; fueron usados esta vez contra los 5 cubanos considerados írritamente culpables.
Los 5 son -el mundo lo sabe- hombres de paz, profesionales destacados, científicos o poetas, técnicos o artistas; pero personas útiles a la sociedad de nuestro tiempo. Como lo dijera recientemente en La Habana Ricardo Alarcon, Presidente de la Asamblea Nacional del Poder Popular, los 5 “ son inspiración y guía para los trabajadores y el pueblo cubano empeñados hoy en las múltiples y complejas tareas de hacer los cambios necesarios a nuestro modelo de desarrollo para perfeccionar nuestra sociedad y hacerla cada vez más eficiente y socialista. Gerardo, Ramón, Antonio, Fernando y René, hijos de este pueblo, educados y forjados por su Revolución, han sido capaces de mantenerse firmes e indoblegables pese a su aislamiento, demostrando, en la mayor soledad, la fuerza indestructible de sus ideales, proclamando día y noche que sí se puede, que la Patria y el socialismo pueden resistir y vencer. Por eso la lucha para liberarlos, para que regresen a casa de inmediato y sin condiciones es una prioridad para los cubanos y es una tarea en la que debemos multiplicarnos sin tregua ni descanso hasta la victoria total”.
Es tiempo ya que el señor Obama haga honor a la justicia y a su condición de “Premio Nobel de la Paz” y disponga la inmediata libertad de los 5 héroes antes que ellos cumplan 5,000 días injustamente encarcelados. (fin)
(*) Del Colectivo de Dirección de Nuestra Bandera / http://nuestrabandera.lamula.pe