El jefe del Estado Mayor, teniente general Benny Gantz, evaluó ante la Comisión de Defensa y Exteriores de la Knéset (Parlamento), la posibilidad de un ataque israelí contra los arsenales de armas químicas de Siria, si éstas fueran transferidas al grupo terrorista libanés chií Hezbollah o cayeran en manos de organizaciones jihadistas internacionales.
Benny Gantz explicó que posiblemente al Ejército de Defensa de Israel (Tzáhal) le sea difícil lanzar una ofensiva puntual y que esta deba eventualmente ensancharse en el transcurso de la operación; pero advirtió, que una acometida extendida podría arrastrar al Estado hebreo a un conflicto regional mucho más amplio.
Gantz expresó que el régimen del presidente sirio, Bashar al Asad, ha reforzado la protección alrededor de sus arsenales de armas químicas y que esas armas aún no han caído en manos de “elementos negativos”.
“Pero la situación podría cambiar, y entonces nos tendremos que enfrentar con un dilema”.
El jefe del Ejército manifestó que Israel debe considerar “quien permanecerá después de que actuemos y en manos de quién caerán [esas armas]”.
Gantz sostuvo, al opinar sobre la guerra civil siria, que Irán y Hezbollah han suministrado una ayuda sustancial a las fuerzas de Asad —incluyendo armamentos— pero que las deserciones de los altos comandantes están erosionando al ejército sirio y alentando a los rebeldes.
Aurora, Tel Aviv 24-07-2012
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