Por Yuri Skidanov
Los Estados Unidos, un ejemplo de orden público y social para los países del mundo desarrollado, tienen una historia única. En los 237 años de existencia, sin cesar han estado en guerra o se han preparado para nuevos ataques, buscando víctimas. Durante el período de 1798 a 2012 Washington ha utilizado la fuerza militar en el extranjero 240 veces, o sea, más de una vez al año.
Los resultados de este agresivo desenvolvimiento militar son impresionantes. Cinco por ciento de la población del mundo que tienen la suerte de ser ciudadanos estadounidenses consumen, según varios estimados, del 25 al 30 por ciento de los recursos del planeta. ¿Cómo lograr tal prosperidad para su población de 320 millones de personas?
Todo comenzó mucho tiempo atrás, en 1620, cuando el barco Mayflower, con 142 colonos a bordo partió del puerto británico de Plymouth, cruzó el océano Atlántico y el 11 de noviembre desembarcó el primer grupo de "peregrinos" en la costa de América del Norte. Sus descendientes en Estados Unidos hoy en día se han convertido en algo semejante e la aristocracia real de Europa.
Sin embargo, para decirlo diplomáticamente, esos viajeros no fueron los mejores elementos de la sociedad, que desde Gran Bretaña viajaron a América del Norte. Muchos de ellos eran inclinados a significativas o pequeñas violaciones de la ley, y mostraban una actitud ligera hacia las normas de la moral pública. Tal vez tal forma de ser de los primeros colonos sirva para identificar algunas de las características históricas del código de conducta de los Estados Unidos.
En 1776, trece colonias de América del Norte se unieron formando los Estados Unidos y se rebelaron contra su gobernante legítimo, el rey de Inglaterra. La guerra de independencia duró trece años y terminó con la victoria de los colonos. La legitimidad de la formación de los Estados Unidos puede equipararse a la legitimidad de la gran Revolución Socialista de Octubre que puso a los bolcheviques en el poder. La guerra de independencia fue la primera y la última guerra con un enemigo externo en el territorio de Estados Unidos, enemigo [Inglaterra] al que en ese contexto histórico apenas puede llamarse agresivo o depredador.
Antes de consolidar la formación del gobierno y las instituciones públicas, los Estados Unidos comenzaron a desatar guerras y conflictos, uno tras otro. Aquí están los más importantes. Entre 1798-1800 la guerra con Francia, exaliada de Estados Unidos en la lucha por la independencia. Como consecuencia, algunas colonias norteamericanas de Francia pasaron al control de los Estados Unidos, lo que fue el preludio de la posterior adhesión ya formal de estas colonias que pertenecían a Francia.
La siguiente guerra a gran escala —que fue la primera guerra de Trípoli o Berberisca— que Estados Unidos libró en el Mediterráneo contra Argelia, Túnez y Tripolitania (Libia moderna), a 10 mil kilómetros de sus fronteras, predeterminó las guerras de los siglos XX y XXI en la misma región. Con seguridad se puede llamar a esta, la primera guerra de la política del "gran garrote", con la cual Washington, haciendo caso omiso de las normas del Derecho Internacional, promovió o protegió sus intereses económicos. El motivo de esta guerra fue la exigencia de los Estados árabes de que se pagara un tributo a Trípoli por el uso de las rutas de comercio en el Mediterráneo.
La primera guerra Berberisca no terminó bien para los Estados Unidos. Tuvieron que pagar rescate por 300 soldados estadounidenses capturados, mientras que ellos capturaron a sólo 100 soldados árabes, y no pudo lograrse el resultado deseado, no pagar el tributo. Sólo la segunda guerra Berberisca, en 1815, fue exitosa. Como resultado de ella, los buques mercantes americanos, a diferencia de los franceses e ingleses, tuvieron libertad de movimiento en el Mediterráneo.
Durante el siglo XIX, los Estados Unidos se enfrentaron con los británicos, mexicanos, japoneses, nicaragüenses, hawaianos y filipinos, sin mencionar decenas de operaciones militares locales. A resultas de esto, los estadounidenses se apoderaron de los territorios de los modernos estados de California, Nuevo México, Arizona, Nevada y Utah. Se estableció protectorado en Hawaii, se implantó un gobierno militar de Estados Unidos en Cuba y se impuso un régimen colonial en las Filipinas.
En el siglo XX, las acciones agresivas de Estados Unidos se volvieron aún más generalizadas. Prácticamente toda América Central y gran parte de América Latina estaban bajo el control de Estados Unidos. Además, los Estados Unidos atacaron a Rusia y estuvieron en guerra, aunque sin muchas consecuencias, cuando tropas estadounidenses desembarcaron en Arjánguelsk y Vladivostok, para combatir contra la revolución bolchevique. Ahora no sólo el Mediterráneo o Centroamérica está cubierto por la maquinaria militar de Estados Unidos, como fue en el siglo XIX, sino el mundo entero (más de 800 bases militares).
Soldados estadounidenses lucharon en China (1925), Corea (1950), otra vez en China (1958) y Líbano (1958). Los Estados Unidos sufrieron en Vietnam la derrota más grande de su historia, donde 60 000 militares fueron muertos y 300 000 heridos. Después de esta guerra, unos 100 000 de sus veteranos se suicidaron. En paralelo, los estadounidenses realizaron operaciones armadas en América Latina: Panamá, Brasil (derrocamiento en 1964 del presidente legalmente electo, João Goulart), Cuba, Bolivia, República Dominicana y Chile. No se olvidaron de África, y en 1960 los Estados Unidos organizaron un golpe de estado durante la cual dictador Mobutu tomó el poder, y fue asesinado el legalmente electo primer ministro Patricio Lumumba.
Recientes logros de la política exterior de Estados Unidos están frescos en la memoria: desde el bombardeo de Yugoslavia soberana hasta la completamente ilegal invasión de Irak, la guerra en Afganistán y la agresión contra Libia. Siria hasta el momento ha logrado evitar ser el siguiente destino de la exportación de la democracia al estilo americano, pero esta situación puede cambiar en cualquier momento.
Por supuesto, es imposible enumerar en estas breves líneas todos los hechos de guerra y agresión armada de los Estados Unidos. Sin embargo, esto es más que suficiente para llegar a una conclusión: los gobernantes de los Estados Unidos de todos los tiempos han tenido el imbatible mérito de ser los principales criminales de guerra de la historia moderna y contemporánea.
Si tuviéramos que aplicar las normas desarrolladas por el Tribunal de Nuremberg a la política exterior de Estados Unidos, así como la jurisdicción de la Corte Penal Internacional en La Haya —cuya jurisdicción no se aplica a los ciudadanos de los EE. UU. porque Washington se niega a reconocerla—, les encajarían bien. Por supuesto, los Estados Unidos están en guerra con casi todo el mundo no debido a las características psicológicas de sus políticos y presidentes.
Estados Unidos obtiene de sus agresiones obvias ventajas económicas que se distribuyen muy desigualmente en el país, dejando prácticamente nada para la carne de cañón, individuos jóvenes de clases sociales más bajas que forman la base de las fuerzas armadas de los Estados Unidos. La fórmula para la prosperidad económica y el modelo de democracia es simple: atacar y robar.
Traducción por Con Nuestro Perú de
Pravda 23-10-2013
http://english.pravda.ru/world/americas/23-10-2013/125975-usa_war-0/
También al Perú "Tal como obligaron a Nicaragua a ceder archipiélagos a Colombia, los estadounidenses —para resarcir a Colombia por la pérdida de Panamá— obligaron al Perú a entregar a Colombia el Trapecio Amazónico (territorio desde el río Caquetá hasta el Putumayo). Así, por presión de los EE. UU. el Perú firmó en 1922 el tratado Salomón-Lozano —que el gobierno de la época mantuvo en secreto—, por el cual el Perú cedía a Colombia todo el Trapecio Amazónico." |
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