La marina rusa en Venezuela
Llegaron a su término las maniobras conjuntas que realizan barcos de las armadas rusa y venezolana. Los rusos han llegado con dos naves de combate y dos de apoyo. En las maniobras participan cuatro barcos rusos (entre ellos el supercrucero Pedro el Grande y el crucero antisubmarino Almirante Chabanenko) y 12 de Venezuela.
Estos ejercicios conjuntos dan a los rusos, cuyos barcos pertenecen a la flota del Mar del Norte, experiencia en aguas cálidas y a los venezolanos experiencia en navegación y disposición de combate en altamar, interceptación de naves sospechosas (tráfico de drogas, etc.), operaciones de rescate, coordinación en comunicaciones, utilización de modernos sistemas de armamentos, entre otros. Además, participan los modernos y poderosos aviones Sukhoi de la aviación venezolana.
Pedro el Grande
Las naves visitantes protagonistas son, como indicamos, el Almirante Chabanenko y Pedro el Grande. El primero (Almirante Chabanenko) es un barco de 8000 toneladas de desplazamiento, de la clase Udaloy de la cual nos hemos ocupado anteriormente1.
El segundo, el crucero coheteril (atomny raketny kreyser en ruso2) Pedro el Grande, es el más grande y potente de su clase en el mundo. Sus dos funciones principales son la lucha antisubmarina y enfrentar a flotas enemigas completas. Su longitud es de 251 metros; y su desplazamiento, de 25 000 toneladas3. Tiene propulsión mixta de cuatro turbinas de vapor y cuatro nucleares. Posee tres tipos diferentes de radar. Cuenta con dos torretas gemelas de cañones de 130 mm de tiro automático4 y cohetes antibuque Granit (SS-N-19) con velocidad que es más del doble que la del sonido5. Para su defensa contra aviones dispone de los cohetes antiaéreos S-300F; para el combate antisubmarino posee tubos lanzatorpedos y tres helicópteros6, que tienen sondas de sonar y munición antisubmarina. Finalmente, para defenderse del ataque de cohetes antibuque o de aviones que están muy cerca, utiliza el sistema Kashtán de cañones multitubo de tiro rápido y cohetes.
Significado de la visita
Algunos sostienen que la Federación Rusa, que se ha repuesto del caos en que la dejaron los economistas y políticos occidentales que le impusieron desastrosas pautas para su economía, desea ahora demostrar de diversas maneras su vigencia como potencia mundial. Esto es verdad. Recuperados del desorden y saqueo que se produjo con la disolución de la Unión Soviética, los rusos, siguiendo un sistema capitalista de fuerte control estatal, han reordenado se economía y con los ingresos obtenidos por venta de armamentos7 y gas y petróleo han ido revigorizando su poderío militar.
Aunque las maniobras navales conjuntas con Venezuela se programaron desde hace por lo menos un año, hay que verlas en el contexto del conflicto de Georgia por Osetia del Sur8. Los rusos vieron con mucho disgusto cómo barcos estadounidenses llegaban para armar a los georgianos antes del conflicto y para rearmarlos después de la derrota. Hay que puntualizar que esos barcos yanquis entraban al Mar Negro, en el que Rusia tiene bases navales y es la potencia dominante.
Entonces la visita de la marina de guerra rusa a Venezuela lleva el mensaje dirigido a los estadounidenses “Así como entras al Mar Negro, ahora entro al Mar Caribe”. Pero no sólo se trata de esto. Cuando se hacía inminente la disolución de la Unión Soviética y, consecuentemente, iba a desaparecer el Pacto de Varsovia (la alianza militar de los países comunistas), los yanquis, para tranquilizar a los rusos, dijeron que la OTAN (alianza militar de Occidente) no iba a expandirse hacia el este, o sea, no iba a acercarse a las fronteras de Rusia.
Sin embargo, tras la disolución de la Unión Soviética, lo primero que hicieron los occidentales fue invitar a unirse a la OTAN a países como Polonia, Lituania, Rumania, Bulgaria, etc., lo cual en la práctica constituye un cerco militar contra Rusia. Por tanto, habiendo reflotado su economía bajo la dirección de Vladimir Putin, los rusos han procedido a rearmarse y dar a Occidente una respuesta acorde con la situación geopolítica. Esto incluye el fortalecimiento militar y el control de las rutas que llevan el petróleo y el gas a Europa occidental, tareas en que los rusos están obteniendo éxito9.
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1 Leer: Una marina que sí defiende a su gente
2 En español ‘crucero coheteril atómico’ o ‘crucero misilístico atómico’.
3 En comparación, nuestras fragatas Lupo son de 113 m de largo y 2500 toneladas de desplazamiento.
4 El alcance de estos cañones es de 22 km y su cadencia de fuego es de unos 15 proyectiles por minuto. El calibre de 130 mm es relativamente pequeño para un barco; pero lo usan porque tiene doble utilidad: antiaérea (si el blanco está a 8 km o menos) y antibuque (para inutilizar la superestructura, la torre de mando, etc., de naves enemigas).
5 Estos cohetes cuyo alcance efectivo es 600 km, a pesar de su velocidad poseen la capacidad de maniobrar subiendo y bajando para dificultar su detección y destrucción. Pueden llevar carga explosiva normal o nuclear. Cuando se disparan en salvas contra un objetivo importante, tienen la característica de relevarse: si es destruido el primero, el segundo continúa con la trayectoria del primero hacia el blanco, y así sucesivamente. Compárense los 600 km de alcance y velocidad de Mach 2,5 del Granit con los 180 km y Mach O,91 del Otomat.
6 De los tres, dos son netamente de guerra antisubmarina; el tercero localiza blancos lejanos (más allá del horizonte, que no son detectados por los radares del barco) para los cohetes antibuque Granit.
7 Como dato curioso se puede señalar que determinados modelos de tanques y aviones rusos modernos existen en mayor número en el extranjero, en poder de los países compradores, que en la misma Rusia.
8 Leer: Georgia y Osetia del Sur: los rusos en acción y Georgia y repercusiones: Ucrania y Polonia
9 Cuando países pequeños (que son miembros de la OTAN o candidatos a serlo, como Ucrania, Polonia y Lituania) empezaron a presionar a Rusia aprovechando de que los tubos de gas y petróleo pasan por su territorio para llegar a Europa occidental, empresas rusas y alemanas se unieron para construir un gasoducto que lleve el gas por el lecho del mar, directo de Rusia a Alemania.