Prótesis para mutilados: burla al mérito por servicio
Como si se tratara de una tómbola de caridad, rodeado de prensa y fanfarria, el ministro de Defensa, Allan Wagner, presidió una ceremonia de entrega de prótesis a 213 mutilados de las fuerzas armadas afectados en acciones contra el terrorismo, para lo cual convocaron a dichos militares a exhibirse.
Beneficiados y favorecidos
Como si hubiesen recibido un gran favor que no corresponde, durante la ceremonia se refirieron a los mutilados como beneficiados y favorecidos, cuando en realidad se trata de trabajadores que están recibiendo una reparación.
¿Por qué estas personas han estado abandonadas tantos años sin las prótesis que les permitan hacer más llevaderas sus vidas?
¿Por qué todo trabajador, cuando es mutilado en cumplimiento de sus funciones, no debe tener derecho a una prótesis de inmediato, y no esperar largos años a que un ministro lo use, lo exhiba y le haga sentir que le ha hecho un gran favor?
¿Por qué Alan García se desespera en dar silenciosamente normas para bonificar a los burócratas dorados, en lugar de dar una norma para que todo trabajador tenga su prótesis e indemnización inmediata en estos casos?
¿Por qué, por ejemplo, en el caso de los policías, los comités de damas y otros grupos tienen que hacer colectas y actividades para reunir fondos para comprar estas prótesis?
¿Por qué para Ivcher, que recuperó su canal y mantuvo su cuerpo entero, sí hubo un oprtuno cheque de 20 millones de indemnización?
Parece que para Alan García sus burócratas dorados valen más que estas personas que han arriesgado sus vidas, además, abusan del hecho que, por ser militares, no tienen la misma libertad para protestar que el personal civil. ¿Así se reconocen los méritos de los que tanto ha hablado García en su Receta para acabar con el perro del hortelano”?
Lo que se aprecia es un maltrato sistemático a las fuerzas armadas durante este gobierno, no les basta humillarlas obligándolas a aceptar un monumento a la basura en la Escuela Naval, es decir, el busto al hampón Arturo Prat, que murió intentando asesinar a Grau.