Jorge Manco Zaconetti
La reciente inauguración de la primera fase del Mega puerto de Chancay ha puesto sobre el tapete la importancia geopolítica, económica y comercial del Perú para la República Popular China, cuyo máximo dirigente Presidente y Secretario General del Partido Comunista Chino Xi Jinping, estuvo presente no solamente en la Cumbre del APEC sino también en la inauguración virtual del Mega puerto con la Presidenta de la República Dina Boluarte, que tiene solamente el 3 % de aprobación ciudadana.
Como fuere los intereses de la China Popular la segunda potencia económica a nivel mundial según el valor de la producción anual (PBI), tiene en nuestro país crecientes inversiones que superan los US $ 31,000 millones de dólares, en diversos sectores de la economía, que van desde la minería, el gas natural, la distribución y generación eléctrica, la construcción, comercio, bancos etc.
Desde la minería de cobre, y hierro, hasta el gas de Camisea tanto en el lote 57 con una participación del 44 % un lote en explotación y en el lote 58 todavía en la etapa de exploración, que en verdad debiera asegurar el abastecimiento de gas natural para el frustrado Gasoducto del Sur, detenido desde el 2017 por el escándalo y la corrupción de Odebrecht, Graña y Montero y la española Enagás, que dicho sea de paso han denunciado a la Corte Internacional de Arbitraje en París, que protege las inversiones de las empresas privadas, por más mafiosas que fueren.
En todo caso cuando el Megapuerto de Chancay opere a su máxima capacidad, con inversiones totales de US $ 3,500 millones, podrá movilizar 5.8 millones de toneladas de conteiners de 20 pies, que sumados al puerto del Callao tanto en la parte sur y norte, han movilizado 2.8 millones toneladas equivalentes de conteiners, en la práctica nuestro país se convertirá en el centro de la carga marítima de esta parte del mundo, desplazando a los puertos de Chile tanto como San Antonio, Iquique y Valparaíso, lo cual revive la competencia histórica entre Perú y Chile en materia del predominio marítimo y los servicios asociados, teniendo que la vía marítima es el principal medio de transporte.
Hasta el siglo XVIII el Virreinato del Perú tenía el predominio comercial en esta parte del continente. Los ricos comerciantes limeños monopolizaban el transporte marítimo, pues tenían una flota de carga propia. Así, del Callao salían exportaciones de azúcar en especial hacia Valparaíso y retornaban con cargas de trigo chileno. La queja de nuestros vecinos era los excesivos fletes que cobraban los grandes comerciantes de la Lima Virreinal. Ahora nuestro país se debe convertir en un centro, un “hub” donde lleguen las mercancías del Asia, en especial del gigante asiático, desplazando a los puertos de Chile, Ecuador (Guayaquil), Manzanillo (México) entre otros.
Como hemos afirmado en anteriores artículos, el ahorro en el tiempo del transporte puede ser de 10 a 12 días, sobre todo para el gigante brasileño que quiere trasladar su producción de soya al Asia. De allí, el efecto multiplicador del Megapuerto de Chancay empezando por el valor de la tierra desde Barranca hasta Ancón por lo menos, para el aprovechamiento de servicios como almacenamiento, logística, servicios comerciales, de hotelería, restaurantes entre otros. Está demostrado el interés de empresas brasileñas, chilenas, colombianas y claro de empresas peruanas de aumentar las exportaciones hacia el gigante chino.
Desde antes de su inauguración formal ya llegaban productos chinos manufacturados, pues las exportaciones del Perú hacia dicho país, están básicamente constituidas por productos mineros en especial cobre, hierro, zinc, plomo; harina de pescado y una mínima parte está formada por productos de la agroexportación.
Así, el primer embarque desde el Perú hacia la China Popular ha estado conformado por arándanos, la nueva vedette en la agroexportación. En verdad, en este aspecto el mercado chino de más de 1,400 millones de habitantes es infinito. Todas las exportaciones del Perú no satisfacen ni el 1 % de las compras del mercado chino.
De allí la importancia del mercado asiático, pues tanto China Popular, Japón y Corea del Sur son importadores de productos mineros, harina de pescado y agroindustriales. Sin embargo, dependerá de nuestras autoridades y empresarios cambiar el menú de las exportaciones, para apostar por productos de mayor valor agregado y la transferencia de tecnología de punta de la China Popular en nuestro país.
En verdad, el Perú es percibido por la clase dirigente de la China Popular como un medio de llegar al Brasil, que es el real mercado con una población de 212 millones de habitantes, ocupando el puesto 83.º en el índice de desarrollo humano (IDH); mientras nuestro país no tiene más de 34 millones de habitantes ocupando el puesto 86.º en el IDH.
Sin embargo, en este contexto no debemos perder de vista las crecientes inversiones de nuestro vecino del sur, Chile que tiene más de 600 empresas en casi todos los sectores de la economía, incursionando con éxito en la actividad minera, donde el Perú y Chile detentan casi el 40 % de las reservas mundiales de cobre.
PENETRACIÓN CHILENA
En verdad, con los acuerdos comerciales y la liberalización de los mercados iniciados durante el fujimorismo, las empresas chilenas y sus principales grupos empresariales están en nuestro país. Desde la aviación comercial con Latam, el transporte y cabotaje marítimo de combustibles a través del Grupo Von Appen en la empresa Naviera Transoceánica; en el envase y comercialización del gas licuado de petróleo (GLP) con empresas como Solgás, Lima Gas; grandes cadenas comerciales como Wong, Saga Falabella; en la banca privada como también en la agroexportación y la industria manufacturera.
En verdad, los capitales chilenos manejan los principales resortes de la economía peruana, con un perfil bajo, y evidentemente en nuestro vecino del sur la preocupación central se relaciona con el desplazamiento de los puertos chilenos como también de su flota mercante que prácticamente tenían un predominio en esta parte del continente. Por ejemplo, la carga de los puertos norteamericanos del Pacífico, Baja California, primero llegaban a Chile y de allí se repartía la carga hacia el Perú, Bolivia, Ecuador, con los sobrecostos de fletes.
Con la presencia dominante de Cosco Shipping Port Limited, una empresa estatal china, que resulta ser la segunda naviera en importancia en el mundo, con puertos propios en 102 países, con una flota marítima de más de 1,200 buques, desplazará también a las navieras chilenas y los intereses comerciales de nuestro vecino.
En la minería que se desenvuelve en el Perú en abril del 2018, la subsidiaria Aixar del Grupo Copec de la familia Angelini adquirió el 40 % de la minera Marcobre SAC invirtiendo US $ 168.5 millones de dólares, teniendo como socios al grupo peruano Breca, de los Brescia Cafferata, que por medio de Minsur SA retiene el 60 % de las acciones.
Es más, el 17 de diciembre del 2023 la minera chilena Antofagasta Minerals de la familia Luksic asumió el 18.95 % de participación en la Compañía de Minas Buenaventura, abonando proximadamente US $ 539 millones de dólares, donde la participación de la familia de don Alberto Benavides de la Quintana, retienen una participación del 21.86 % Debiera ser evidente que la minera chilena Antofagasta Minerals tiene mayores espaldas financieras que la Cía. De Minas Buenaventura, pues la transnacional chilena tenía un patrimonio neto de US $ 12,273 millones de dólares al 30 de junio del 2024 con una producción anual superior a las 700 mil toneladas de cobre, mientras la Cía. Minas Buenaventura tenía un patrimonio de US $ 3,357 millones de dólares al 30 de setiembre del 2024. Evidentemente más tarde que temprano la chilena tendrá una mayor participación como sucedió con las minas medianas Atacocha y Milpo que fueron absorbidas por la gigante brasileña Votorantim, empezando con una participación del 7 %, terminaron comprando el total del accionariado. Para no hacer tanto roche, se cambiaron de nombre como Nexa Resources.
Es más, el apetito creciente de Antofagasta Minerals de la familia Luksic no cesa. Así, el 6 de marzo del 2024 a través de la filial Anaconda Perú tiene un contrato de opción y cesión con Minera Chúngar y Minera Paragsha (Cerro de Pasco), importantes unidades de la Minera Volcan que alguna vez fue la cuarta productora mundial de zinc.
En principio, los países y los estados no tienen amigos sino intereses, por ello debemos salvaguardar los intereses del Perú antes la creciente presencia de las inversiones chinas y chilenas en nuestro país. Podemos ser socios, pero no tontos con nuestros vecinos del sur. En el caso de la China Popular constituye una oportunidad para desarrollar una transferencia tecnológica que permita la producción y exportación de productos con mayor valor agregado.
Diario Uno, 23.11.2024