Enfermo sexual PPK y evangélicos destruyen los valorespedro_pablo_kuczynski_22.jpg

Pedro Pablo Kuczynski, el candidato de Alianza por el Gran Cambio, grita rabioso en Sechura, Piura, a una joven que lo ayudaba a escapar de asedio de periodistas que preguntaban por su doble nacionalidad. “¡Por dónde me vas a sacar, carajo!”, espetó soezmente a la joven.

Hace unos meses, en Tacna, gritó “¡No, no, noooo!” a un periodista que le preguntaba si en su lista de candidatos al Congreso estaba César Cataño, acusado por lavado de activos.

En cambio, aparece con una sonrisa de placer cuando una indigente, a la que deben haber pagado, le agarra los testículos. PPK goza y es el primero en difundir la foto.

Poco después, un hombre le aprieta los órganos genitales y PPK nuevamente reacciona con una sonrisa de satisfacción y las imágenes corren por internet.

Lejos de criticar estas depravaciones, pese a que entre sus candidatos figura el pastor evangélico Humberto Lay, quien tendría la obligación de rechazar estas asquerosas manifestaciones, más bien son celebradas por otros evangélicos como San Román, que en mitin recuerda al público el sucio manoseo genital a PPK.

Destruyen la labor educativa del Estado, padres y maestros

El mensaje que dan estos ancianos degenerados, PPK y Lay, a los menores es que es un juego dejarse coger los órganos sexuales, con lo cual destruyen el arduo trabajo que realizan padres, maestros y el Estado educando a los niños para que no dejen que su cuerpo sea tocado.

Recordemos que incluso el Estado gastó en una millonaria campaña por los medios “Yo sé cuidar mi cuerpo”, para combatir los crecientes actos de abusos contra menores estimulados por la televisión, cine e internet que aparecen llenos de morbo, con lo cual alimentan los bajos instintos de los depravados.

Estos sujetos realmente desprecian a los peruanos considerándolos como masas morbosas que reaccionarán a favor de estas asquerosidades, alentadas no sólo por los canales basura, sino ahora por los políticos.

Esperemos que los peruanos honestos y los evangélicos sanos castiguen con su voto a estos inmorales predicadores de la perversión.