Anel Townsend se presentó a los incautos como una persona que de forma espontánea iniciaba una campaña contra la revocación de la alcaldesa Susana Villarán y sus regidores. Así, se cuidaba de mencionar que defendía a la alcaldesa y repetía que defendía a Lima... como si estuviésemos en guerra y ella fuese un soldado de las Cruzadas...
Ahora, de boca de los propios villaranistas, sabemos que Townsend fue nombrada por Villarán en su hora de desesperación por la revocación, en la cual las encuestas indican que más del 60% de los limeños quieren ver fuera del cargo a la alcaldesa y votarán por el Sĺ a la revocación.
Fue la regidora villaranista Marissa Glave quien admitió que Anel Townsend encabeza el comité del “No” a la revocatoria, fue designada por la misma alcaldesa, lo que demuestra no sólo que la propia alcaldesa está al mando de su campaña política, sino que los escenarios encabezados por Townsend no son más que un circo para incautos.
“Anel fue una decisión de Susana, pero consultada con varias personas también, por la aceptación que tiene entre la gente y su trayectoria importante”, sostuvo en “Abre los Ojos”, pese a que la alcaldesa por ley no debe participar de ningún modo en la campaña.
Glave dijo que ellos no contrataron directamente a Luis Favre como asesor, sino que el comité antirrevocatoria lo hizo con la empresa de asesoría FX, y dentro del conjunto de profesionales que ésta tiene se encuentra el brasileño-argentino, pero no quiso revelar de dónde sale el dinero para financiar la campaña.
Villarán defiende a Villarán
Corrido el telón, quedan al descubierto las burdas maniobras de Townsend, que se presentaba como una Juana de Arco defendiendo a Lima de alguna guerra. El nombre del circo sólo es “Villarán defiende a Villarán”.
No estamos en ninguna guerra ni campaña militar en Lima. Así, Townsend se ocupa de defender a una incapza en lugar de siquiera organizar un acto para conmemorar ayer la ocupación de Lima, que sí fue una guerra nefasta donde los ladrones chilenos trajeron saqueo y destrucción.
La designación de la propia Villarán para su propia defensora no es más que otra muestra de la falta de inteligencia de la alcaldesa y de la mediocridad de personajes como Townsend (ver Anel Townsend en decadencia).
Lo cierto es que bien haría a la imagen de Lima deshacerse de una alcaldesa cuya permanencia en el cargo es una afrenta para la ciudad. Salimos de Castañeda, también cuestionado, pero Villarán es casi lo mismo: faenones, falta de visión, de urbanismo unidas a la incapacidad.
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