Penales: Incontrolable uso de celulares
Por Alfredo Palacios Dongo
Cuando ocurren situaciones graves de delincuencia como las que están sucediendo en el país, el sistema penitenciario se convierte en tema de debate debido a que la modalidad delictiva usando celulares dentro de los penales está creciendo exponencialmente para planear y dirigir extorsiones, secuestros, robos y otros delitos en combinación con cómplices externos. El pasado 23 de agosto el hijo de un empresario coreano fue secuestrado en el distrito de La Molina, y según la Dirección de Investigación Criminal de la Policía Nacional (Dirincri), desde el penal de “máxima seguridad” Piedras Gordas de Ancón se comunicaron por celular con sus familiares para exigirles dinero por su liberación.
Durante los tres primeros meses de 2010, solo en los penales Piedras Gordas y El Milagro de Trujillo, fueron requisados 1,100 celulares. También entre marzo y abril de dicho año, un interno del penal de Río Seco, en Piura, realizó 2,000 llamadas desde su celda para extorsionar empresarios y transportistas del norte del país. Existen además pruebas de extorsiones desde distintos penales donde se han encontrado relaciones de personas, empresarios, hoteles y empresas que iban a ser objeto de este delito.
El ingreso ilegal de celulares a los penales y su tenencia por los internos constituyen solo faltas administrativas, al visitante que intenta ingresarlo le suspenden su visita un año, y al interno, lo sancionan con uno o dos meses de aislamiento sin visitas. En octubre de 2010 el gobierno anterior anunció la penalización del intento de ingreso de celulares, lo cual no cumplió, y recién el pasado 22 de junio fue modificado el Reglamento del Código de Ejecución Penal en su artículo 37 e incorporando el artículo 241-A, prohibiendo el uso de celulares, satélites, radios a transistores en los penales, y disponiendo que las empresas operadoras corten el servicio cuando constaten su uso ilegal, lo cual no tendrá efecto por la espantosa corrupción y complacencia que existe en dichos centros penitenciarios.
Bajo este panorama, para evitar el uso de celulares en los penales resultaría más eficaz, aumentar la seguridad para evitar su ingreso durante las visitas, y además, bloquear la señal de telefonía celular en el perímetro de los penales, sin embargo, tal como lo ha manifestado el nuevo jefe del Instituto penitenciario (INPE), José Pérez, existen carencias en su sector, en personal faltan agentes penitenciarios para revisar a todas las visitas, y en material, faltan recursos para instalar bloqueadores de llamadas por su elevado costo. Claramente está revelando que no se podrá resolver ninguna de las dos situaciones. Es decir, seguirán ingresando celulares a los penales, y continuarán incrementándose los execrables delitos que realizan muchos internos a través de esta modalidad.
Publicado en el diario EXPRESO, fecha 3 de setiembre de 2011.