La plata de la droga llega sola
Por César Lévano
La denuncia expuesta por el congresista Heriberto Benítez sobre masiva conmutación de penas a narcos perpetrada por Alan García y sus ministros de Justicia desborda el escándalo. La cifra es asombrosa, 3,226 beneficiados por conmutaciones ilegales. También gozaron de ese beneficio 1,300 asaltantes.
Lo denunciado por Benítez se basa en un informe del Ministerio de Justicia y se documenta en esta edición de LA PRIMERA.
En momentos en que el país condena el ataque narcoterrorista que ha costado la vida a dos oficiales del Ejército, la revelación arroja luz sobre la responsabilidad de un régimen que fracasó en la lucha contra la droga, y favoreció más bien, como ahora se ve, a los narcotraficantes.
Benítez señala ejemplos de conmutación de penas. Tula Vela Rojas, verbigracia, sentenciada a 15 años de prisión por tráfico ilícito de Drogas, fue beneficiada con una conmutación que le redujo la pena a siete años, gracias a lo cual pudo salir en libertad el 10 de enero de 2010. A dicha señora la habían detenido con 30 kilos de clorhidrato de cocaína. Alan García y Aurelio Pastor, entonces ministro de Justicia, firmaron la Resolución Suprema pertinente.
Hay muchos casos más, que revelan, con pelos y señales, una política sistemática.
Raúl Wiener recuerda en su libro Fe de ratas, que el entonces desterrado García apareció en la carátula de la revista Colombiana Semana en compañía del Colombiano Óscar Fernando Cuevas Cepeda, quien lavaba grandes cantidades de dinero de la droga: cuando lo detuvieron, lavaba 50 millones de dólares cada semana. Por lo menos, da qué pensar.
En diciembre de 2009, Aurelio Pastor declaró que más de 2,800 gracias presidenciales habían sido otorgadas a reos primarios, que merecían “una segunda oportunidad”. La denuncia de Benítez desnuda esa mentira. Habría que averiguar qué hicieron los narcos perdonados en esa segunda oportunidad.
Ahora que los ciudadanos se preocupan por la inseguridad que reina en las calles, sería bueno explorar cómo aprovecharon su segunda oportunidad los asaltantes que actúan revólver o chaveta en mano.
Benítez expone un indicio sospechoso. Las resoluciones supremas firmadas por García y los ministros de Justicia Aurelio Pastor y Rosario Fernández dan sólo el nombre del reo beneficiado, pero no indican el delito cometido.
El congresista denunciante aduce, con razón, que las conmutaciones deben de haber tenido un costo. Su cálculo es que cada beneficiado pagó mil dólares. Es un monto modesto. Sobre todo si se toma en cuenta la categoría de delincuentes. No se puede cobrar lo mismo a un modesto paquetero que a un grande del tráfico. No es lo mismo un chavetero reincidente que un escapero novato. La plata llega sola, pero la suma depende del dueño de la cartera.
La Primera.