Tras ser expectorado de su cargo de asesor palaciego, Carlos Tapia arremetió contra diversos personajes del entorno presidencial denunciando hechos presuntamente irregulares.
Tapia acusó al publicista brasileño Luis Favre, asesor de campaña, de haber acumulado un gran poder. Sindicó también al excoronel Adrián Villafuerte de destruir el Partido Nacionalista por su influencia dentro de la bacanda y de hacer y deshacer en el Estado.
Tras su salida, dijo que lo obligaron a renunciar y remitió una carta enviada al presidente del Consejo de Ministros, Salomón Lerner Ghitis.
Denunció que Favre ya sale de sus funciones iniciales de campaña para ingresar en otras acciones, aunque no precisó cuáles.
Dijo sentirse víctima de de un seguimiento de inteligencia. "Espero que, con mi alejamiento, los agentes de inteligencia, que me han hecho un seguimiento permanente, podrán dedicar su valioso tiempo a hacer las tareas propias de su actividad", señaló.
Explicó que se le mostró un legajo de documentos “diciéndome que el Presidente me ha pedido la renuncia. Eran informes de inteligencia y yo lo único que hice fue sacar mi plumón y dije "Esto no es cierto". Por ejemplo, que yo atacaba a Nadine", dijo.
"Me ha indignado porque inteligencia debe defender la seguridad interna y no contra una persona que está en el interior del Gobierno, que ha luchado cuatro años con Ollanta en momentos muy difíciles", indicó.
Culpó de su expectoración a dos o tres asesores que no aparecen públicamente y están reñidos con mi posición de que debe darse un curso democrático a la organización, de las fuerzas que apoyan a Ollanta.
