En días recientes el congresista Luis Gonzales-Posada, presidente de la Comisión de Defensa del Congreso, lamentaba públicamente el hecho de que, pese a la actitud moderada y condescendiente del gobierno peruano, los chilenos habían reforzado su fuerza aérea aumentando el número de sus aviones en el norte de Chile acercándolos peligrosamente a la frontera con el Perú.
¿Son un peligro para el Perú los aviones estadounidenses F-16 que posee Chile?
Sí, en poder del Chile usurpador de territorios son un peligro y, además, son superiores a los MiG-29 de la fuerza aérea peruana. Aparentemente los dos aviones van por ahí, pero no: basta ver por internet las especificaciones técnicas de cada aeronave y se verá que el F-16 es un avión optimizado, es de menor peso y tamaño que el avión ruso pero más eficiente. Para igualar el rendimiento del F-16 los rusos han tenido que desarrollar un avión más grande y pesado y que consume mucho más combustible, y ese avión es el MiG-29. El único avión ruso verdaderamente superior a los estadounidenses es el Sukhoi 30, excelente para la defensa y el ataque.
Eso por el lado técnico. Lo grave se da por el lado diplomático y político, pues el APRA en el gobierno no aprende. Recordemos que durante su primer gobierno Alan García proclamó que el Perú debía dedicar sus recursos para el desarrollo y no gastar en armas, motivo por el cual en circunstancias oscuras se deshizo de una parte de los aviones Mirage cuya compra había decidido el arquitecto Fernando Belaúnde. ¿Cuál fue la respuesta de Chile al gesto pacifista de Alan García? Pues simplemente comprar más armas. El comentario del entonces jefe de la armada chilena sobre el recorte peruano en la compra de aviones fue que cada país sabe lo que hace, pero que él tenía que buscar el armamento necesario para la fuerza armada chilena. Punto.
Se repite la historia
Hoy, pese a los lamentos de Luis Gonzales-Posada, se repite la historia pero en peores condiciones. Aquella vez (entre 1985-1990) Chile no tenía en el Perú la preponderancia económica que hoy es visible a todos. Esto introduce un nuevo elemento, que el APRA, brazo político de Chile en el Perú, no quiere ver: para un estado guerrerista y usurpador de territorios como es Chile, una cosa trae otra, una ganancia trae otra ganancia, y todas las ganancias (territoriales o económicas) hay que defenderlas. Consecuentemente, Chile ya se considera con el derecho de defender con las armas las inversiones chilenas en el Perú, de la misma manera en que lo hicieron con Bolivia, que en 1879 fue invadida y despojada de territorios por el delito de afectar las inversiones de los capitalistas chilenos.
Otra lección importante es que Chile no cree en ayayeros ni en otros adulones: simplemente los utiliza, no los respeta, y eso es lo que está pasando con sus incondicionales amigos (o sirvientes) apristas. Asumiendo ridículas posturas de estadistas y grandes diplomáticos —que les quedan tan bien como el hábito de monja a un mono—, los apristas que gobiernan el Perú han gritado a los cuatro vientos que el Perú quiere paz y buenas relaciones con Chile y que los temas comerciales y económicos entre Perú y Chile deben tratarse por separado de los asuntos de delimitación; en otras palabras, el APRA, dando a los chilenos en la yema del gusto, dice que los arreglos fronterizos o de delimitación no deben estar sujetos a condicionamiento alguno, esto es, no debemos presionar a Chile con temas económicos para que reconozcan los justos reclamos del Perú en lo que respecta al suelo tacneño y mar territorial usurpados.
¡Pero si eso es exactamente lo que Chile quiere: no sentirse obligado a nada ni ser presionado por nada! Pese a su conducta ambigua, los bolivianos al menos tienen noción diplomática de condicionamiento: le plantean a Chile venderle gas siempre y cuando les devuelva una salida soberana al océano Pacífico. Que Chile acepte o no es otro tema, pero la idea está allí: ofrecer algo (gas) a cambio de lo que uno quiere (salida al mar). Pero acá se da incondicionalmente todo a Chile: inversiones asimétricas (5000 millones de dólares tiene Chile en el Perú frente a un máximo de 50 millones del Perú en Chile), control chileno del comercio marítimo entre puertos peruanos, predominio chileno en almacenes de aduana, homenaje de marinos peruanos al delincuente chileno Arturo Prat en nuestra Escuela Naval, facilidades unilaterales a favor de LAN para que utilice cielo peruano y, como si esto fuera poco, ofrecimiento público de Alan García de tender un gasoducto para abastecer a Codelco si se encuentra más gas en el sur del Perú.
En estas condiciones, ante este impresionante abyecto e incondicional sometimiento del APRA, es imposible que Chile flexibilice sus posiciones en el tema de la delimitación marítima. ¿Para qué, si ya lo tienen todo? Y algo más: exigimos que el APRA actúe con sinceridad, que le diga al pueblo que nuestras posibilidades de obtener un resultado favorable en la Corte Internacional de La Haya son mínimas; lo más probable es que el fallo sea favorable a la usurpación chilena.
Vamos a decir por qué: a) la diplomacia chilena es más activa y afirmativa que la peruana, sus agentes están metidos en todas partes y en todos los foros defendiendo la posición de su país y atentos a cualquier novedad; b) Chile de tiempo atrás tiene muy buenas relaciones con los EE. UU. y países europeos, relaciones mucho mejores y más sólidas que las nuestras con tales países; c) la diplomacia peruana en general es lerda y remolona para reaccionar y se cuida mucho de no enojar a Chile. Este último punto es el más importante y grave: si los diplomáticos peruanos de verdad representaran y defendieran los intereses del Perú y no los de Chile, todo el tiempo debían mencionar a Chile como país usurpador de territorios y coaccionador para la firma de tratados impuestos por la fuerza de las armas; si esta retórica la usaran siempre los diplomáticos peruanos como un “buenos días, Chile”, “hola, cómo estás, Chile”, hace tiempo que todos los países del mundo entenderían que Chile es un país agresor y violador del Derecho Internacional y difícilmente existiría la predisposición de opinar o emitir fallos a favor de un país delincuente como Chile. ¿Qué obligación de buenos modales tenemos con un país que ha usurpado y sigue usurpando nuestro territorio y mar?
O sea que por no machacar a tiempo y constantemente la condición de agresor y usurpador de Chile, hemos permitido —mejor dicho los gobiernos y la diplomacia del Perú han permitido— que este país delincuente que es Chile sea visto como país honorable y digno de respeto, imagen que no merece, de ninguna manera.
Así que plañideras, sobonas y rabonas apristas, ¡a llorar a la playa!, ¡giman de espanto ante el rugir de las turbinas de los F-16 chilenos!
Luis Gonzales-Posada sería agente de la CIA
Para el ex ministro aprista, César Vásquez Bazán, Gonzales-Posada sería un agente de la CIA, según información proporcionada por Vasili Nikitich Mitrokhin, uno de los principales miembros del Servicio de Inteligencia y Seguridad de la Unión Soviética (KGB). Ver más información en: