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Se anuncian grandes terremotos y tsunamis que azotarán a Chile 

El terremoto más fuerte de la historia mundial se registró en Chile, el 22 de mayo de 1960; el sismo llegó a 9.5 grados en la escala Richter de 10, y afectó Santiago y Concepción, tras lo cual se levantaron olas gigantescas y erupciones volcánicas. Unas 5 mil personas murieron y 2 millones quedaron sin hogar.
 
Pero ese no es el único gran terremoto acaecido en Chile, sus registros muestran grandes terremotos en toda su historia. National Geographic transmitió hace poco una simulación científica de lo que le espera a Chile en cualquier momento: una gran catástrofe en tierra y un tsunami devastador. Esas imágenes se pueden ver en You Tube (*).

Sin embargo, el modelo matemático de National Geographic se ha quedado chico, porque había tomado en cuenta los antecedentes y falla a la altura de Valparaíso. Ahora se comprueba que no sólo esa zona es de alto riesgo: los terremotos sucedidos estos días más al sur, a la altura de Puerto Aisén, revelan que la configuración de la potencialidad sísmica es más compleja y extensa, pues el fenómeno está acompañado por el nacimiento de un volcán submarino. La magnitud de los repetidos sismos es respetable, oscila de 5 a más de 6 grados en la escala Richter, sumados a la ocurrencia de tsunamis.

La estrategia de supervivencia 

Sismos hay en toda la zona del cinturón de fuego del Pacífico, del cual el Perú es parte, pero la eventualidad de una gran catástrofe no es nada nuevo para el gobierno chileno. Hay numerosos estudios científicos que anuncian lo inevitable desde hace varias décadas. 

Con este panorama en manos, no es difícil deducir cuál sería una de las soluciones de Chile como estrategia de supervivencia, no preparada necesariamente para los sectores de chilenos más pobres, a los cuales dejarían morir engullidos por las olas o la tierra, sino en especial para salvación de los estratos sociales más altos. 

El suelo no es más seguro, hay que buscar otras tierras

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Que la tierra chilena sufrirá grandes catástrofes habría llevado a los militares chilenos a diseñar una estrategia de supervivencia como nación, buscando otras tierras más seguras. Obviamente, no las buscarán en África ni en la China, lo más fácil es invadir a los países vecinos: Perú, Bolivia, Argentina. Por lo pronto, desde hace años han entrado en una carrera frenética para invertir en estos países, además de Brasil y Colombia. 

Pero, ¿podrían invadir varios países a la vez? Sería lo peor que un ejército mediano podría planificar, no se puede abrir demasiados frentes sin un gran riesgo, por esta razón deben concentrarse en un país: el más codiciable y el más vulnerable. 

Habiendo trazado esta estrategia muchos años antes, entonces habrían decidido aumentar la vulnerabilidad del Perú: aumentar las inversiones, comprar tierras, coimar autoridades para obtener legislación favorable a sus intereses, realizar un gran trabajo de lavado cerebral para disminuir el rechazo de los peruanos a Chile. Por supuesto que estas etapas ya están cumplidas, con el agravante de que el traidor Allan Wagner, durante el primer gobierno aprista, firmó un acuerdo con los chilenos para falsificar nuestra historia. 

En consecuencia, vemos que todo fluye de acuerdo a ese esquema: han obtenido cielos abiertos, sus militares son pilotos de Lan que espían nuestro territorio, destruyeron la marina mercante, se infiltraron en los puertos, donde tienen gran parte del manejo portuario, aumentan la inversión mafiosa en todo lado, incluyendo amenazas al ministro del Interior, y por último, tienen su prensa felipilla, que se encarga de denigrar la peruanidad: lo cholo es despreciable (cholas Chabuca, Jacinta, sinónimo de desviadas, brutas y feas); si los nacionalistas buscan inspeccionar nuestra frontera son tildados de agitadores que buscan figuración política y son reprimidos; si alguien habla la verdad de los crímenes chilenos, es un predicador del odio; si alguien critica el exceso de inversiones estratégicas chilenas, es tildado de chauvinista y de oponerse al desarrollo. Además, en varios gobiernos se ha logrado reducir los gastos militares en el Perú, lo que nos pone en franca desventaja frente al país delincuente, Chile. Nada dicen, por ejemplo, de la mano negra, encarnada en las personas de corruptos funcionarios peruanos, que se oponen a la inversión porturaria, como los casos del megapuerto y las grúas. 

 No sólo las catástrofes terrestres y marinas 

Además de lo ya señalado, el daño a la capa de ozono se suma a las amenazas a la población chilena, pues esta capa presenta mayor riesgo en las latitudes del sur, es decir, Chile. Otra amenaza es el calentamiento global, que ocasionará una escasez de agua por el derretimiento de los glaciares. Estos días hay denuncias sobre los daños que registran los hielos del Aconcagua. 

Por todo lo visto, debemos estar preparados, pues la estrategia y armamentismo de Chile no responden necesariamente a un plan a largo plazo, las condiciones de vulnerabilidad del Perú han alcanzado un grado óptimo para los fines históricos de rapiña de Chile. Por otro lado, las previsiones de catástrofe de Chile pueden resultar en un evento más próximo de lo que ellos suponían, lo que aceleraría el proceso de guerra contra el Perú.

(*) Ver video en You Tube