Una vez más, el fujimorismo y el aprismo pretenden distraer la atención sobre la corrupción que abundó cuando fueron gobierno tratando ahora de señalar a otros de presuntos ladrones y cómplices, como ocurre cuando acusan a la señora Eva Fernenburg, suegra del expresidente Alejandro Toledo, por adquirir valiosas propiedades en nuestro país.
Fernenburg, de nacionalidad belga, había adquirido recientemente una residencia en Las Casuarinas, valorizada en cerca de cuatro millones de dólares y después una oficina en Surco por US$832,400.
Como ya había explicado antes, Fernenburg, pese a ser una ciudadana extranjera, se allanó a cualquier investigación y se puso a disposición de la Fiscalía ante el escándalo de la prensa que lanza la especie de que dichas adquisiciones serían un “lavado de dinero de la corrupción” toledista.
Se olvidan de que cuando se acusa, la carga de la prueba recae sobre el acusador; entonces no corresponde a la señora Fernenburg demostrar a cada rato su inocencia (ya había explicado el origen de su dinero); son los acusadores quienes deben demostrar el posible o probado origen ilegal del patrimonio de la dama extranjera.
Fujimorismo, aprismo y dinero chileno
Sin embargo, los mermeleros de siempre ponen en titulares el indulto a Aberto Fujimori sin que ninguno de estos sujetos que creen ser “líderes de opinión” se acuerde de que Fujimori debe al Estado peruano muchos millones tras los múltiples latrocinios que perpetró durante su dictadura, y así tratan de persuadir que se libere al ladrón para que disfrute de su botín en lugar de exigirle que devuelva lo robado.
En cuanto al Apra, todos parecen haber olvidado los gigantescos faenones, como los de Collique, los lotes petroleros, etc., así como el departamento de París de Alan García.
Como es sirvienta de Chile, esta prensa tampoco se acuerda de los millones que invierte en el Perú el sujeto chileno Horst Paulmann, dueño de Cencosud, Metro y Wong, investigado en Chile por su relación con la Colonia Dignidad, donde se violaba a menores. Paulmann llegó pobre a Chile y ahora es uno de los más ricos de Sudamérica. ¿De dónde vino su fortuna? ¿Por qué no habla más bien la prensa de la necesidad de impedir con normas legales que lleguen a nuestro país capitales de sujetos como este, conocido explotador laboral que hasta obligaba a sus empleadas chilenas a usar pañales para que no pierdan minutos en ir a los servicios higiénicos?
Sin embargo, exigen se investigue a una extranjera que tiene razones familiares, por su hija y su nieta, para invertir en el Perú, y que ya se mostró dispuesta a cualquier investigación.
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