La boca del expresidente Alejandro Toledo parece ser su peor enemiga, pues ante las graves insinuaciones de corrupción de sus opositores sobre la adquisición por parte de su suegra de costosos inmuebles va de contradicción en contradicción.
La boca del expresidente Alejandro Toledo parece ser su peor enemiga, pues ante las graves insinuaciones de corrupción de sus opositores sobre la adquisición por parte de su suegra de costosos inmuebles va de contradicción en contradicción.
Las primeras declaraciones de Toledo sobre este asunto indicaban que los fondos con los cuales Eva Fernenbug, su suegra, había comprado los inmuebles, provenían de la indemnización pagada por Alemania por el Holocausto, además de la herencia que le dejó su difunto esposo, comerciante de joyas.
Es “linchamiento mediático” que tiene fines políticos, dijo Toledo ayer a RPP y agregó:
“Quieren triturar a todo el mundo aquí para quedarse solos. El abogado de mi suegra presentó una queja contra la procuradora Príncipe Trujillo, quien de acuerdo con él, está soltando información a la prensa”.
Pero tras las nuevas denuncias de un programa televisivo, ahora dice que fue el empresario Yosep Maiman quien prestó a Fernenbur el dinero para estas adquisiciones. Además, que ella es viuda de un médico y no de un comerciante de joyas. También dijo que su suegra posee unos pequeños ahorros, ya no que poseía una fortuna y agregó que los inmuebles están hipotecados.
En tanto, la Fiscalía anunció la apertura de una investigación por presunto delito de corrupción contra Toledo, mientras que éste anunció su llegada para este fin de mes para responder a las imputaciones, según informó el a Andina secretario general de Perú Posible (PP), Luis Thais.
Thais aseguró que la operación de compra de los inmuebles es legal y transparente y agregó que la información de la empresa en Costa Rica está en poder de la procuraduría de lavado de activos.
Explicó, que el dinero no es de corrupción, sino de una transferencia entre privados, entre la suegra de Toledo, Eva Fernenbug, y el empresario Yosep Maiman.
Precisó que el préstamo bancario cubrió US$ 3 millones de la compra, y US$ 2 millones fue préstamo de Maiman a Fernenbug.
Cuestionó que algunos se rechacen que un banco preste dinero a una dama de 86 años, pero lo que no se dice es que el préstamo es a la empresa, que tiene como garante a Maiman.