nadine heredia 9Incondicionales del gobierno salieron a defender a la primera dama Nadine Heredia tras el escándalo que reveló que el ministro de Defensa le pide permiso para efectuar compras de su sector.

Cofundadora del partido

Diversos oficialistas, como Omar Chehade, Víctor Isla, Juan Jiménez, entre otros, recordaron que Heredia es cofundadora del Partido Nacionalista y aseguraron que por ello tiene un rol importante en el gobierno.

Con este escándalo la explicación es risible, pues el partido de la pareja presidencial no tiene actividades, no convoca a sus bases ni les consulta nada en democracia, sólo invitaron al cumpleaños de Heredia para un espectáculo y repartición de regalos que suponemos deben ser materia de investigación tras los escándalos por el tráfico con los bienes incautados por la Sunat, conducida por la prima de Heredia, Tania Quispe.

De ser cierto lo que dicen sus defensores, el rol de Heredia debería ser político y circunscrito a su partido, pero éste se encuentra en abandono, con muchas bases del país cuestionando que el Presidente nada haga por realizar un verdadero trabajo político entre sus militantes, lo cual hace suponer que sólo despertarán para la campaña electoral y la correspondiente repartija de puestos que esperan repetir en su ambición de volver a capturar el poder engañando a sus partidarios y a los electores.

El escándalo del audio que revela la intromisión de Heredia, aprobando compras sobre la cabeza del ministro de Defensa y del presidente del Consejo de Ministros Juan Jiménez muestra una seria infracción constitucional, pues una intrusa se permite quebrar el orden establecido para el Poder Ejecutivo, donde algo tan delicado como las adquisiciones (peor si son de Defensa) deben ser aprobadas por especialistas del sector y el ministro, en coordinación con el gabinete, no con una señora que nada sabe de defensa ni soberanía, hecho que deja además abierta la posibilidad de que Heredia esté interviniendo por corrupción o favoritismo.

Si Nadine Heredia decide las compras de sus ministros-secretarios, debe haber tenido injerencia en la compra de soya transgénica y alimentos con excremento para los niños del programa Qali Warma, el cual personalmente promovió con su ministra-secretaria chilena Carolina Trivelli.