“Diplomacia chilena muestra una gran maestría en el incumplimiento de lo pactado”
Sostuvo doctor Juan Vicente Ugarte del Pino
El connotado jurista, doctor Vicente Ugarte del Pino, en la IV Jornada Patriótica, recordó que los chilenos llamaban a su ejército expedicionario, con lo cual reconocían que iban a la conquista de un territorio ajeno y las fallas en el lado peruano, como cuando el presidente Piérola nunca envió las granadas Palitzer que reclamaba Francisco Bolognesi y las tropas peruanas abandonadas debieron enfrentar a un bien aprovisionado ejército chileno.
El connotado jurista, doctor Vicente Ugarte del Pino, en la IV Jornada Patriótica, recordó que los chilenos llamaban a su ejército expedicionario, con lo cual reconocían que iban a la conquista de un territorio ajeno y las fallas en el lado peruano, como cuando el presidente Piérola nunca envió las granadas Palitzer que reclamaba Francisco Bolognesi y las tropas peruanas abandonadas debieron enfrentar a un bien aprovisionado ejército chileno.
Respecto del Colegio de Abogados, señaló que un decano fue elegido Presidente de la República por la Comisión Permanente del Congreso, como presidente provisorio, cuando Mariano Ignacio Prado había sido depuesto y Piérola huyó después de la toma de Chorrillos a París. Este decano fue don Francisco García Calderón, quien también era miembro de la Real Academia Española.
García Calderón dirigió cartas desde su prisión a Miguel Iglesias, desde Chile, en la que le decía que la Constitución de 1860 impedía la cesión del territorio nacional, “Ustedes se han convertido en subastadores del territorio nacional”, les increpaba. Así fue que Iglesias suscribió un tratado de hecho y no de derecho, impuesto por la violencia chilena.
En 1901el ministro Relaciones Exteriores, don Felipe de Osma, en documento dirigido a los ministros de Relaciones Exteriores de esa fecha, califica al tratado suscrito el 20 oct 1883 como un insulto al Perú, puesto que luego de vencidos nuestros ejércitos, aniquiladas nuestras escuadras, aniquiladas nuestras riquezas y cuando la destrucción hacía insostenible la ocupación del territorio, van a la firma del tratado.
No obstante haberse firmado el tratado del 20 de octubre de 1929, “una vez más la diplomacia chilena muestra una gran maestría en el incumplimiento de lo pactado, pues seguimos discutiendo sobre la ubicación del punto Concordia y nuestro mar territorial”, lamentó el doctor Ugarte del Pino, a la vez que recordó al jurista holandés Cornelio Van Bynkershoek, quien en su obra de Derecho Internacional, De Dominio Maris, en 1702, señaló “La anchura de mar de un país viene de la capacidad de aterrar al enemigo”. En la traducción del latín a otras lenguas se tradujo aterrar como territorio, lo cual, dijo, fue una traducción macarrónica jurídica italiana.
“¿Estamos preparados para lo que vendrá? Nuestra primera línea de defensa es nuestra línea diplomática. Agotados sus esfuerzos vendrá la línea de la Fuerza Armada”, puntualizó.
García Calderón dirigió cartas desde su prisión a Miguel Iglesias, desde Chile, en la que le decía que la Constitución de 1860 impedía la cesión del territorio nacional, “Ustedes se han convertido en subastadores del territorio nacional”, les increpaba. Así fue que Iglesias suscribió un tratado de hecho y no de derecho, impuesto por la violencia chilena.
En 1901el ministro Relaciones Exteriores, don Felipe de Osma, en documento dirigido a los ministros de Relaciones Exteriores de esa fecha, califica al tratado suscrito el 20 oct 1883 como un insulto al Perú, puesto que luego de vencidos nuestros ejércitos, aniquiladas nuestras escuadras, aniquiladas nuestras riquezas y cuando la destrucción hacía insostenible la ocupación del territorio, van a la firma del tratado.
No obstante haberse firmado el tratado del 20 de octubre de 1929, “una vez más la diplomacia chilena muestra una gran maestría en el incumplimiento de lo pactado, pues seguimos discutiendo sobre la ubicación del punto Concordia y nuestro mar territorial”, lamentó el doctor Ugarte del Pino, a la vez que recordó al jurista holandés Cornelio Van Bynkershoek, quien en su obra de Derecho Internacional, De Dominio Maris, en 1702, señaló “La anchura de mar de un país viene de la capacidad de aterrar al enemigo”. En la traducción del latín a otras lenguas se tradujo aterrar como territorio, lo cual, dijo, fue una traducción macarrónica jurídica italiana.
“¿Estamos preparados para lo que vendrá? Nuestra primera línea de defensa es nuestra línea diplomática. Agotados sus esfuerzos vendrá la línea de la Fuerza Armada”, puntualizó.