La secular y típica cobardía chilena vuelve a salir a flote en un episodio más de la vileza contra peruanos indefensos, en este caso familias y menores peruanos, tras el partido de fútbol entre el Perú y Chile de la selección Sub 20.
La agresión se perpetró en las inmediaciones del hotel NH Cordillera, en el centro de Mendoza, Argentina y dejó cinco heridos, entre ellos niños, precisa El Comercio.
En dicho hotel aficionados peruanos se acercaron siguiendo al bus de la selección que regresaba del estadio Malvinas Argentinas con la esperanza de tener algún autógrafo o tomarse fotos con los futbolistas, a poco de acabar el encuentro.
Unos 40 hinchas, entre hombres, mujeres y niños, fueron agredidos brutalmente por otro grupo de similar número con camisetas de la selección chilena, quienes tomaron piedras del parque frente al que se ubica el alojamiento y las empezaron a lanzar contra nuestros connacionales, demostrando una vez más que los chilenos tienen genes de hampones que afloran en su conducta a la primera oportunidad. (Recordemos que el virreinato del Perú expulsaba a Chile a la escoria social para que les sea difícil salir de lo que los españoles consideraban una cárcel, Chile, por limitar al norte con el desierto, al oeste con el mar, al este con la cordillera de los Andes y al sur con el polo, y así limpiaban el Perú y otras colonias de indeseables, cuyos genes se transmitieron de generación en generación.).
Los peruanos, quienes no eran barristas ni arengaban a la blanquirroja, sino familias, no pudieron defenderse y por lo menos unas cinco personas quedaron heridas entre ellas niños con cabezas rotas, entre otras lesiones como rasguños.
Manuel Burga, el presidente de la FPF —quien en esos instantes permanecía en el lobby del hotel— solo atinó a llamar a la policía para controlar la situación.
Finalmente, la policía llegó pero no logró detener a ninguno de los agresores*, quienes huyeron para completar su comportamiento cobarde. La ambulancia se llevó a los heridos. El plantel completo y la dirigencia testificaron el hecho que posteriormente lamentaron, indica El Comercio.
Foto: El Comercio
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* Los peruanos emigran a Chile por falta de trabajo, por bajos salarios y por las muchas humillaciones que se les hace sufrir acá, para que tengan la autoestima muy baja y sean ciudadanos nulos y resignados. Cuando van a Chile, los humillan, les escupen, los insultan, los marginan y los agreden; los mantienen siempre con la cabeza baja, lo cual complementa las humillaciones y desprecios que ya han sufrido en el Perú. Para el Estado peruano es un gran alivio que nuestros compatriotas emigren, porque los políticos peruanos corruptos e incapaces y los empresarios peruanos corruptos e incapaces no pueden crear empleo para todos los peruanos.
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