Marina Mercante: viento en contra
Por Alfredo Palacios Dongo
El actual gobierno se comprometió en su Plan de Gobierno de febrero de 2006 a “Promover la formación de una flota mercante nacional marítima, fluvial y lacustre con presencia del sector privado, que apoye el desarrollo y la seguridad nacional” (art. 352), sin embargo, a pesar de tratarse de un tema de interés y trascendencia nacional no le ha dado la importancia del caso y el proceso de relanzamiento de nuestra Marina Mercante, en lugar de tener viento a favor lo ha tenido en contra. Esta situación se refleja claramente en que la Ley 28583 “Ley de Reactivación y Promoción de la Marina Mercante Nacional” en vigencia desde el 22 de julio de 2005 —hace más de 5 años— no ha sido hasta la fecha reglamentada, motivo por el cual no puede ser aplicada.
No se aquilata el valor geopolítico y geográfico de la Marina Mercante |
Por Alfredo Palacios Dongo
El actual gobierno se comprometió en su Plan de Gobierno de febrero de 2006 a “Promover la formación de una flota mercante nacional marítima, fluvial y lacustre con presencia del sector privado, que apoye el desarrollo y la seguridad nacional” (art. 352), sin embargo, a pesar de tratarse de un tema de interés y trascendencia nacional no le ha dado la importancia del caso y el proceso de relanzamiento de nuestra Marina Mercante, en lugar de tener viento a favor lo ha tenido en contra. Esta situación se refleja claramente en que la Ley 28583 “Ley de Reactivación y Promoción de la Marina Mercante Nacional” en vigencia desde el 22 de julio de 2005 —hace más de 5 años— no ha sido hasta la fecha reglamentada, motivo por el cual no puede ser aplicada.
Dicha ley promueve la reactivación de la Marina Mercante marítima, fluvial y lacustre; apoya a los navieros y empresas navieras nacionales; impulsa la construcción y reparación naval; y otorga exclusividad del cabotaje para buques de bandera peruana. El asunto es que al no contarse con una flota mercante, nuestro comercio exterior —el 95% es trasladado vía marítima— nos obliga al empleo de naves de bandera de conveniencia que nos originan pagos de fletes a empresas extranjeras por alrededor de US$ 2 mil millones anuales.
Durante este gobierno se han presentado muchas marchas y contramarchas. Casi un año después de promulgada la ley de reactivación de la Marina Mercante, el Ministerio de Transportes y Comunicaciones (MTC) publicó en su página web, en mayo de 2006, el proyecto de Reglamento, para recibir sugerencias y comentarios de la ciudadanía, pero a los pocos días fue retirado. En febrero de 2007, la Célula Parlamentaria Aprista propuso —a pesar de que ya existía la ley— una nueva reactivación de la Marina Mercante. El 5 de junio de 2009 el Congreso aprobó la ley 29475 —que modifica la ley original— siendo observada por el Ejecutivo, pero 5 meses después —el 17 de diciembre— fue promulgada por el Congreso. El 7 de agosto de 2010, con DS 167-EF, se dictaron nuevas disposiciones tributarias. Por último, el pasado 25 de noviembre, el MTC con RM 546 recién dispone —por segunda vez— la publicación del proyecto de Reglamento en su página web, pero hasta la fecha no se cumple.
Bajo este panorama, a pesar de que nuestro país cuenta con un litoral de 3,079.5 km, y un “Mar de Grau” cuyo dominio marítimo ocupa un área geográfica de aproximadamente 1’200,000 km2, la Marina Mercante continúa anclada en la historia, debido fundamentalmente a que el Estado no ha aquilatado su valor geoestratégico y geopolítico como elemento vital para el desarrollo del país, y como reserva naval para la defensa nacional. Expreso, 18.12.2010