"Verdades antipáticas"
Aldo Mariátegui
Como periodista de profesión y liberal de confesión -es decir, alguien que hace de la libertad su estrella polar-, evidentemente no puedo ver el 5 de abril con ninguna simpatía. Pero con la frialdad con la que el entomólogo analiza científicamente al insecto, puedo comentar algunas cosas que le van a resultar antipáticas a algunos por no ir con la corriente y no ser "políticamente correctas".
A) Se debe repudiar con la misma intensidad al 3 de octubre de 1968 que al 5 de abril. Ambos fueron actos por la fuerza, donde se permitió que el Ejército —"el partido político más antiguo del país", según Basadre (que no la FAP y la Marina, que a menudo se han plegado por default a los cuartelazos)— tenga un rol de protagonista político. Cuando escucho a alguien repudiar con mucha fuerza a los fujimoristas, pues espero que tenga las mismas palabras duras contra los velasquistas. Gente que desde la prensa sirvió al velasquismo como Roncagliolo debe entonces también tener la misma repulsa que alguien que —por razones ideológicas, no por dinero— también hizo el mismo papel bajo el fujimorismo, tipo Umberto Jara. No observo eso y no me parece justo. O se mide con la misma vara a los dos o se les exculpa. La izquierda suele ser feroz con el fujimorismo, pero hasta elogia al velasquismo. Y no me digan que no hubo corrupción bajo el velasquismo. Era vox pópuli que era inmensa, con "Cachacarilla" o "Las Casuarinas", con esas compras gigantescas de armas sin control, con ese control de cambios que se prestaba a tanta corruptela. ¿O ya no se acuerdan cómo se deportó al más importante industrial marmolero del país por contar en una reunión que le había hecho un baño a un ministro militar y que este cuarto había costado un millón de soles de oro, más o menos lo que costaba una casa de clase media en esos momentos?
B) Me dan arcadas cuando leo a AAR, RMP y varios más de su collera generacional hacerse los catones del fujimorismo cuando estuvieron tan cercanos al régimen. Una fue asesora del premier Pandolfi y luego una de las jefas de la campaña edil del candidato fujimorista Hurtado Miller, mientras el otro fue vicepresidente ("cargo de confianza", ojo, no simplemente tecnocrático) de Osiptel, era un apologista del régimen en charlas dadas por Apoyo (yo lo he escuchado) y estuvo metido en muchísimas privatizaciones como asesor desde Apoyo. Pero los caviares, los rojimios y los blogueritos pasan por alto esto y los hacen sus héroes, porque son de doble rasero. Memoria muy selectiva.
C) Tras ser la figura de un intento de golpe de Estado (el "Locumbazo") donde se recibieron varias llamadas de Montesinos desde el velero "Karisma" durante su desarrollo y tras apoyar desde Seúl el "Andahuaylazo", poca vergüenza tiene Ollanta en la cara para ponerse muy crítico con el 5 de abril y hasta tildar de "traidores a la patria" a sus impulsores. ¿O entonces Antauro es un "traidor a la patria" también? ¿Y su asesor Adrián Villafuerte, mano derecha del general montesinista Saucedo, también lo es?
D) En medio de lo malo que acarreó el 5 de abril, hay que reconocerle que desmontó el inepto sistema velasquista que nos asfixiaba desde 1968 y que había sido marcado a fuego con ese desastre de la C-79. Un sismo trajo al velasquismo el 3 de octubre y otro sismo lo eliminó, simplemente porque nuestra inepta clase política -que tanto se victimiza estos días sin recordar sus responsabilidades. Del Castillo se ha pasado de fresco estos días, con la catástrofe de gobierno que fue el "Aprocalipsis"- no supo enmendar ese modelo izquierdista que solo traía pobreza y atraso.
E) Es falaz decir que el 5 de abril instauró a Fujimori hasta el año 2000. En todo caso, hubo elecciones en 1995 y hasta el más feroz opositor de Fujimori debe reconocer que este barrió limpiamente (casi 70% de los votos) en esas elecciones. El pueblo lo eligió y desechó a Pérez de Cuéllar. Pueden decir que como a Barrabás, pero Fujimori ganó por goleada para luego presidir un régimen en un segundo tiempo que paró las reformas, se concentró en perpetuarse y cayó en el gangsterismo.
Correo, 10,04.2012