Teresa Olekhnovitch

¿Qué le ocurre al presidente Humala?

En su discurso pronunciado en Huánuco con motivo del aniversario de esta ciudad, se le "salió" el soldado que tiene adentro, del que no puede desprenderse. Se le ocurrió amenazar, como cuando habla para que la tropa obedezca, a las autoridades locales: "Si escucho cuestionamientos en las obras, paro la plata"... Como si este mandatario fuera el dueño de los fondos financieros del Estado que los distribuye según su voluntad.

Pero no fue el único desatino en sus declaraciones tipo cuartel en el mismo dia y el mismo momento. Dirigiéndose a los docentes, como si fueran niños que no tienen sindéresis, les dijo de manera jactanciosa: "En un año, hemos hecho en educación lo que muchos [gobiernos] no han hecho". Hay que tener una fuerte dosis de cinismo para decir que el proyecto de ley de desarrollo de los docentes ya es un logro, cuando solo es un proyecto en curso de ser debatido en el Congreso y que además suscita serias controversias de diferentes sectores de la opinión pública y magisterial. ¡Humala cree que con dicho proyecto en ciernes ya "transformó" la educación cuando, dicho sea de paso, el proyecto de ley en cuestión ni siquiera da cifras sobre su financiación!

¿No será que los nubarrones del desgobierno comienzan a acumularse?

El "Gabinete del diálogo" tan voceado por Jiménez es incapaz de soportar tal etiqueta, pues de manera precoz se prorroga el estado de emergencia en Cajamarca y se amenaza con no levantarlo si no hay condiciones para esto.

¿Qué condiciones se exigen en una situación actual de calma observada en Cajamarca? Si hay anuncios de paro en los días que vienen es justamente porque el gobierno lo provoca con sus medidas de suspensión de las libertades individuales y colectivas que desde hace meses impone militarmente a los ciudadanos de la sufrida Cajamarca.

El gobierno de Humala abusa de su autoridad porque se siente incapaz de resolver los problemas y conflictos sociales, como el de la licencia social en Cajamarca, al mismo tiempo que abandona su responsabilidad gubernamental delegando el diálogo a los facilitadores que no tienen ningún poder de decisión. Ellos no ejercen sino el rol de "correa de transmisión" sin ninguna facultad para la resolución del conflicto social en Cajamarca.

Humala es incapaz de gobernar, solo le place figurar en las fiestas y las "inauguraciones de crisantemos", como dirian los franceses, de las obras iniciadas por gobiernos anteriores.

 

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