Cogobierno Parlamentario

Por Carlos Ferrero

 
Es evidente que el próximo Congreso estará muy dividido y nadie tendrá mayoría. Entonces para que pueda funcionar, lo más importante es conducirlo concertadamente haciendo que en todos sus organismos se exprese proporcionalmente la fuerza que cada grupo ganó en la elección.

 

 Este criterio de exacta proporcionalidad ya tiene vigencia en la Junta de Portavoces, donde quien representa a su grupo vota con el peso de toda su bancada, de tal modo que si una bancada tiene 25% del Congreso, —aunque en la sesión no estén presentes todos sus miembros— el que los representa en la Junta tiene un cuarto de todos los votos. Esto convierte a la Junta de Portavoces en el organismo más democrático del Congreso. Precisamente por esta característica, en la práctica la Junta ha devenido en el organismo clave para resolver prioridades y cambios de Agenda, o impases en los debates del Pleno.
 
En cambio en la Mesa Directiva no se aplica la proporcionalidad y ella se conforma sobre la base de alianzas electorales que terminan armando una mayoría forzada y marginando a varios grupos.
 
En verdad la proporcionalidad también debería aplicarse a la Mesa Directiva, de tal modo que en ella sus miembros votaran con el peso que tiene su grupo en el Congreso y no como personas individuales. Esto haría que La Mesa Directiva tenga una composición más democrática, con representación de los principales grupos y  que de esa manera cese la disputa por conquistarla cada año, en beneficio de unos y con la marginación de otros.
 
Para el próximo Congreso inclusive sería bueno retornar a una Mesa Directiva de 5 miembros, pues tal como se está viendo desde ahora, 5 grupos conformarán cuando menos el 90% de todo el Congreso.
 
El Consejo Directivo es un caso intermedio entre los dos órganos precitados, porque si bien en principio existe la representación proporcional, ella solo vale en la medida que todos los representantes del grupo estén presentes en la reunión, lo cual relativiza el principio de igualdad que la proporcionalidad quiere expresar. Por ésta razón y también porque en la realidad el Consejo Directivo ha resultado superado por la Junta de Portavoces, aquel debería ser subsumido en ésta.
 
La reforma que proponemos facilita el consenso porque los grupos sabrían que en todos los organismos se respetará su peso propio y solo habrá acuerdo cuando haya más votos proporcionalmente expresados en un mismo sentido.
 
Ojo que el Pleno del Congreso es un caso distinto. Si bien puede ocurrir que por inasistencias individuales algún grupo pierda fuerza, en la realidad ocurre que en las votaciones importantes casi todos concurren, con lo cual la proporcionalidad es efectiva y la resolución verdaderamente democrática.
 
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Publicado en El Comercio del 06.04.2011