El voto humalista en la macro región sur

El 10 de abril fue una fecha cívica donde millones de peruanos asistieron a las urnas para cumplir con su deber constitucional de elegir y ser elegidos de manera democrática. Esta acción cívica se llevó a cabo sin contratiempos y los votantes incrementaron el respaldo a los candidatos en detrimento de los votos nulos o en blanco; a nivel nacional el 88.6% de los votos fueron válidos mientras que en la elecciones generales pasadas este porcentaje alcanzó el 83.9%. A nivel de la macro región sur el respaldo superó en una unidad porcentual al resultado nacional (89.3%), los votos en blanco y nulos fueron mínimos.

 

Viendo las cifras electorales también apreciamos como los cinco candidatos «grandes» acapararon la votación a nivel nacional (99,7%), mientras los candidatos pequeños sumaron en conjunto el 0,7% de los votos. Una situación similar se presentó en la Macro Región Sur.
A nivel de la Macro Región Sur, Gana Perú ocupó el primer lugar en las elecciones presidenciales, confirmando la preferencia del electorado en últimos años, hacia las propuestas de cambio. En cinco, de los siete departamentos que la conforman, superó el 50 % de la votación, siendo Puno el departamento donde registró un mayor porcentaje de adherentes (62,7). Su contrincante en segunda vuelta, Fuerza 2011 obtuvo su mayor porcentaje de votación Apurímac con el 26,2%, y en los otros cinco departamentos con las justas llegó al 15 %. Cabe destacar que la Alianza por el Gran Cambio obtuvo una votación comparable con la de Keiko Fujimori, su pico más alto lo obtuvo en Arequipa donde obtuvo el 25,9% de los votos y el más bajo en Apurímac (6,8%).

En el voto congresal la fuerza de Gana Perú fue más arrasadora aún: de los 23 congresistas de la Macro Región Sur, 16 son de este partido, es decir, el 70% de los escaños en disputa. Las otras curules se han repartido entre Perú Posible (2), Solidaridad Nacional (2), Fuerza 2011 (2), y Alianza por el Gran Cambio (1). Análisis aparte merece la derrota del actual partido de gobierno, el Apra, que después de venir golpeado de las elecciones municipales y regionales terminó en la lona en estas elecciones congresales, sin ninguna curul en esta parte del país.

¿A qué se debieron estos resultados en el sur? pues a que la mayoría de discursos de los candidatos grandes alentaban un continuismo en la economía (el crecimiento bajo una promesa soslayada de chorreo), visión que no tiene ninguna funcionalidad en la mejora de vida en los sectores urbano marginales y menos en los rurales de la sierra sur. Estos discursos no tuvieron el efecto esperado, sino por el contrario generaron dudas o indignación.

En los extramuros de los discursos triunfalistas del presidente Alan García cargados de un gran positivismo en las grandes cifras macroeconómicas, las condiciones de vida en el sector urbano marginal y en el ámbito rural siguen siendo precarias con una mala o nula calidad en servicios básicos como salud y educación. Si bien las cifras hablan de una disminución de la pobreza en el sur, esta no ha sido mucha ni tampoco se ha visto reflejada en distintas zonas rurales (en especial las ubicadas en la sierra) por lo que las desigualdades se han ahondado. Estas condiciones favorecieron a los planteamientos de Gana Perú.

De otro lado, hay un buen sector de la población, que sin vivir en la extrema pobreza, ha sintonizado con el discurso de Gana Perú, como el de poner reglas claras a la inversión privada, poner en manos del Estado o capitales nacionales sectores económicos estratégicos del país y luchar frontalmente contra el narcotráfico en las altas esferas del poder. A esto podemos añadir una identificación con la propuesta del impuesto a las sobreganancias mineras, tema que ha estado presente en la agenda macroregional a propósito de los diversos conflictos por el emprendimiento de nuevos proyectos mineros.

Claro que no todo está dicho. Las aparentes contradicciones entre el discurso y el plan de gobierno de Gana Perú, acompañadas de la poca muñeca que demostró Ollanta Humala para enfrentar preguntas provocadoras en la última semana de campaña, puede hacer volátil está aparente fidelidad. Además, en muchas zonas rurales los pobladores recuerdan que Fujimori llegó hasta su pueblo, les asfaltó la pista, levantó la escuela o puso luz en las calles y las huellas del asistencialismo aún están latentes. Bajo estas variables otro triunfo ollantista en segunda vuelta en esta parte del país ¿tendrá el peso suficiente para inclinar el resultado general?