"Keiko como mascarón"
Keiko critica incoherencia de Ollanta por tener un asesor chileno, que realmente no tiene.
Keiko dice que respetará aportaciones a Essalud, y critica a Humala, por proponer afectar esos fondos (que su padre sí afectó), que no propone tocar las aportaciones sino buscar realmente el aseguramiento universal y un sistema integrado de salud.
Keiko defiende la libertad de prensa amenazada por Humala, que en su plan de gobierno indica que no será alterada tal como es hoy, pero que se democratizará la distribución de las nuevas frecuencias de televisión digital, para lo que recomienda lo que se ha hecho en este aspecto en la Argentina.
Keiko se opone a la Pensión 65 de Ollanta porque va a afectar los fondos de la AFP, que no es lo que dice el Plan de Gobierno de Gana Perú que plantea un financiamiento con impuestos a las grandes empresas, y postula un bono de gratitud para los viejitos que no explica con que plata se pagará.
Keiko se opone a subir el IGV a 26%, que es un invento del director de Perú21 para pintar el próximo apocalipsis.
Y así sucesivamente.
O sea Keiko es bien modosita, no ataca a nadie y su único tema es el de los pobres.
Pero cuando los ricos asustados con la posibilidad de pagar impuestos o ser regulados hacen su guerra sucia, termina “preocupada” de las “contradicciones” de su adversario. Y dándole categoría de verdad a todo lo que aparezca en los titulares de los diarios que apoyan a su candidatura.
Si alguien cree que este no es un esquema previamente conversado será porque está dispuesto a tragarse también la conjura venezolana-brasileña-chilena-argentina-pensionista-comunista que nos amenaza detrás de Humala.
O tal vez a imaginar que el perdón que la gordita está pidiendo por los crímenes de su papi se le ocurrió a ella misma porque descubrió de quién era hija, y no es una condición de la derecha para apoyarla. En ese caso, como en todos lo demás, la candidata está siendo conducida por los poderes fácticos, a los que nadie eligió pero deciden por nosotros.
Es como si el plan naranja se hubiera agotado en un resultado que ni siquiera esperaban: entrar a segunda vuelta, convertirse en la primera fuerza de la derecha, colocar 38 parlamentarios, estar convertidos en engreídos de los medios, recuperar a varios que se habían bajado del carro fujimorista en los 2000, recibir elogios de Bayly, etc.
Y por eso mismo ni Keiko ni sus asesores inmediatos están peleando apasionadamente el poder en estos momentos, tratando de remontar la desventaja u oponiendo sus propuestas a las de Humala. Su lógica es mucho más simple: tratar de seguir reteniendo el voto de la primera vuelta que es su futuro, y encargarle a la derecha fáctica que se haga cargo del nacionalista.
Si quieren el poder, encárguense ustedes, podría ser la esencia del mensaje.
De ahí que vemos a Keiko en el rebote de las denuncias y en el esfuerzo de hacernos creer que está donde está por sus “méritos” aunque todo el país sepa que lo que estamos discutiendo es si la herencia de su padre conduce al poder o debe permanecer en la cárcel.
La derecha sabe que no se gana en una votación a favor o en contra de Fujimori, y que si se visibiliza el plan de Yoshiyama todos se darán cuenta que se trata de retroceder 11 años. Por eso la realpolitik ordena otra vez que no se vote a favor sino en contra. Como lo hicieron antes por AGP que era el peor presidente, los harán ahora por AFF que carga delitos imperdonables.
Todo sea para que no haya cambios.
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